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Nostalgia de Sartre

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Jean Paul Sartre, fotografiado en 1961 por Leon Herschtritt

En Europa, hubo una época donde los intelectuales no eran parásitos de academia ni charlatanes de café. Fue hace más de cuarenta años. No habían como ahora progresistas de doble moral que se espantan al ver una foto de Fidel Castro, o masas de votantes que glorifican la libertad de empresa y se jactan de defender una democracia patética. Hace más de cuarenta años, Europa parecía buscar un equilibrio social justo. Había salido de dos guerras mundiales e intentaba superar sus limitaciones. Luego los Estados cedieron ante la presión de las grandes empresas emergentes.

Hoy gobiernan las empresas y los intelectuales son travestis ideológicos como Fernando Savater. Los intelectuales del nuevo siglo no arriesgan nada, no representan a nadie, se aterrorizan frente a la perspectiva de cualquier cambio y se refugian en la comodidad de sus salarios universitarios. Recorren el mundo participando de congresos onanistas y viven de la autorreferencia.

Hace más de cuarenta años Mario Vargas Llosa era un excelente novelista, no un payaso. Y había un tipo que hizo de su vida una aventura intelectual épica. Un tipo genial, crítico, polémico, comprometido, audaz, y por momentos jodido y arrogante. Era Jean Paul Sartre y fue el último moderno.



Jean Paul Sartre, mi ídolo de ayer y de siempre


CUATRO DÉCADAS DE COMPROMISO
CRONOLOGÍA POLÍTICA DE J. P. SARTRE


Todo lo que existe
nace sin razón,

se prolonga por debilidad

y muere por casualidad.

J. P. Sartre

EL INTELECTUAL «MODELO»

Sartre encarnó un modelo que rebasó las formas tradicionales del intelectual. Su inconformismo y rebeldía lo llevó a presentar relaciones de ruptura con las instituciones más «sagradas» de Francia. No sólo criticó a la universidad, sino que dejó su cargo de profesor definitivamente (1944) cuando pudo vivir de los derechos de autor de sus libros. Transgredió la forma de escribir filosofía, rompió la solemnidad academicista y desarrolló una brillante carrera literaria que más de una vez fue considerada pornográfica. Compartió el saber filosófico con el alcohol, el corydrane y algún burdel. Se declaró polígamo y lo ejerció toda su vida. Integró comisiones internacionales como el Tribunal Russell y rechazó un premio Nóbel (octubre de 1964). Polemizó sin sutilezas con figuras como Aron, Malraux, De Gaulle, Camus y muchos otros. Atacó a los católicos y ejerció un ateísmo radical. Abrazó las causas anticolonialistas y defenestró al nacionalismo francés –lo que en 1962 le valió algunas bombas en su departamento de la calle Bonaparte–. Transitó los caminos de la izquierda desde el socialismo al maoísmo, pasando por el trotskismo y el comunismo, e influenció a movimientos políticos y culturales en distintos paisajes del planeta. Y se convirtió, a pesar suyo, en el embajador francés de hecho. En fin, demasiado para la imagen del intelectual que tenía Europa –y el resto del mundo– en el imaginario colectivo.

Sartre realizó una interacción entre filosofía, política y literatura muy difícil de imitar. Y si bien su consagración llegó de la mano de sus obras filosóficas y literarias, su compromiso político funcionó a lo largo de su vida como un indicador de formas y contenidos; en definitiva, como un estímulo moral para la creación y el pensamiento. Por ello el Sartre-político es clave para comprender el resto de sus construcciones. Porque a través de su trayectoria, plagada de crisis, escándalos y polémicas, se dibuja el librepensador, el intelectual que pasados los modismos pertinentes, sigue siendo una herramienta indispensable para la elaboración del pensamiento crítico.


Sartre y Simone de Beauvoir, una pareja de leyenda

CUATRO DÉCADAS DE COMPROMISO

Socialisme et Liberté

En el invierno de 1941 se formó el grupo Socialisme et Liberté, donde Sartre junto a Simone de Beauvoir, Jacques-Laurent Bost, Jean Pouillon, Maurice Merleau Ponty, Dominique y Jean Desanti, Raymond Marrot y cincuenta miembros más, se plantearon el objetivo de resistir la ocupación alemana para construir un socialismo en libertad para la futura Francia liberada. Este grupo, compuesto por intelectuales, escritores, estudiantes y técnicos, intentó desarrollar una vía alternativa a las dos grandes maquinarias activas de la resistencia: el gaullismo y la izquierda comunista.

A través de panfletos, editoriales, sabotajes y pequeños atentados, Socialisme et Liberté se perfilaba hacia una nueva izquierda, una izquierda que resistía como podía a la ocupación alemana, y que además se posicionaba en el panorama político francés en dura confrontación con la burguesía; pero siempre desde afuera del Partido Comunista, a quien cuestionaban su perfil burocrático y la efectividad de sus alianzas y negociaciones.

Sin posibilidades reales para implementar las acciones necesarias, este grupo se fue diluyendo hasta ser digerido por la dimensión de la crisis que atravesaba Francia. Hacia fines de 1941 el grupo desapareció, pero si bien su permanencia fue efímera y sus actividades casi imperceptibles dentro del núcleo de la resistencia francesa, cohesionó a los principales protagonistas de lo que unos años más tarde se llamó existencialismo.

El ambiente de la posguerra, dominado por la necesidad de nuevos sentidos que amortigüen la angustia generada en los años de violencia, recibió con gran impacto las ideas de Sartre y su «filosofía de la libertad» que reivindicaba la posición del sujeto frente al sistema. Los conflictos teóricos y prácticos que planteaba el existencialismo naciente trascendieron rápidamente los círculos intelectuales y se proyectaron al plano cultural a través de la prensa.




Simone de Beauvoir, Sartre y Che Guevara, fotografiados en Cuba por Korda

Les Temps Modernes

En 1945, Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir y Maurice Merleau Ponty fundaron la revista Les Temps Modernes (TM), publicación que consolidó la postura existencialista y hegemonizó el campo intelectual francés hasta principios de los ’50. Sus posiciones políticas se caracterizaron por la ausencia de eufemismos y por una independencia de pensamiento que atrajo admiración y repudios.

Anna Boschetti, discípula italiana de Pierre Bourdieu, al analizar el funcionamiento de la publicación (en Sartre y «Les Temps Modernes»), escribe: «La revista, en cuanto expresión de los intelectuales que intervienen por cuenta propia en la vida social, se presenta como el lugar de una paradoja fascinante: un compromiso libre. Por un lado, excluye la pretensión de una literatura o de una ciencia puras, no responsables, y por otro, el compromiso con el poder o la adhesión a un partido que encadenaría las desiciones a una ortodoxia. Esta posición garantiza, por sí misma, cierta coherencia en los contenidos de TM. Su línea política, en sus diferentes fases y manifestaciones, no abandona nunca ciertas referencias: el papel de conciencia crítica, el tabú del anticomunismo, y, al mismo tiempo, la reserva en cuanto a los comunistas y la URSS.»

Las críticas de TM al clero y a la burguesía habían atraído el odio de la derecha; y la falta de complacencia con el Partido Comunista Francés (PCF) hicieron a Sartre acreedor de epítetos tales como «bastardo» o «hiena dactilógrafa». Atacado por derecha e izquierda, Sartre reafirmó más su centralismo en la opinión pública y luego se asoció a David Rousset, Gérard Rosenthal y otros, en un nuevo proyecto político: el Rassemblement Démocratique Révolutionaire (RDR).




RDR

El RDR nació en febrero de 1948 a través de un comunicado de amplia difusión en la prensa. Su composición estuvo dada por periodistas y militantes de izquierda, entre los que se destacaban trotskistas –en primer lugar–, cristianos, socialistas y comunistas disidentes. Sartre fue, desde la fundación del movimiento, uno de sus referentes ideológicos junto a David Rousset, Georges Altman, Jean Rous y Gérard Rosenthal.

Según sus protagonistas, este partido intentaba «... reencontrar la gran tradición democrática del socialismo revolucionario».

El RDR se plantó desde sus inicios como una agrupación, no como un partido. Buscó convocar una izquierda amplia para integrar un movimiento de masas capaz de organizar la democracia y establecer un camino de paz para Europa. Sus críticas apuntaron a la inoperancia de algunos sindicatos, a la actitud de los partidos políticos tradicionales, y a la disgregación de las bases militantes.

El tono de los cuestionamientos al stalinismo introdujo una discusión que alteró el neutralismo adoptado inicialmente ante la polaridad USA/URSS. Decepcionado por los resultados de dicha discusión, Sartre renunció al movimiento el 15 de octubre de 1949.

El RDR había demostrado profundas deficiencias administrativas y financieras, y las disensiones terminaron de debilitarlo. La impotencia para resolver sus conflictos internos y la escasa representatividad lograda, precipitaron el fracaso del movimiento. Según Michel-Antoine Burnier –en Los existencialistas y la política–, el RDR «... no llegó a ocupar el lugar que deseaba entre el Partido Comunista y la burguesía; en realidad, la guerra fría, contra la que el movimiento se proponía luchar, lo derrotó


Idilio comunista

La crítica al stanilismo del grupo de TM se había mantenido relativamente sosegada, por la vieja discusión de que criticar la URSS era en realidad hacer propaganda a la USA. No obstante Merleau Ponty había denunciado a través de la revista la existencia de campos de concentración en Rusia. La postura ante las políticas de la URSS no tardaron en generar una interna en el grupo, que se profundizó hacia 1952.

Hubieron dos casos que actuaron como disparadores sobre la posición de Sartre ante los comunistas. Primero el de Henri Martin, marinero comunista detenido en mayo de 1950 y condenado a 5 años de prisión por su acción política contra la guerra de Indochina. Y segundo, el caso de Jacques Duclos, secretario del PCF que organizó una manifestación de repudio ante la llegada del general norteamericano Ridgway. Dicha manifestación fue prohibida, por lo que se realizó en forma clandestina el 28 de mayo de 1952 y determinó el arresto de Duclos con argumentaciones vergonzosas.

Sartre se movilizó por estos casos y en julio de 1952 publicó en TM la primera entrega de «Les communistes et la paix», texto que precipitó su ruptura con Merleau Ponty, Claude Lefort y otros miembros de la revista. Por otro lado, se inició el idilio con el PCF, que se verá confirmado con la presencia de Sartre en el Congreso de Viena del 19 de diciembre de 1952.

Los enfrentamientos ideológicos en el grupo de los existencialistas ya habían producido el alejamiento de Albert Camus luego de la nota que sobre su libro El hombre rebelde publicara Francis Jeanson –con guiñe de Sartre– en TM. Pero le pérdida más cara para Sartre fue el retiro de Merleau Ponty. Éste, que con un perfil más bajo dirigía el perfil político de la revista desde su fundación, era una pieza clave ya que aparte de su aporte intelectual, significaba el vínculo con el público universitario, y la heterogeneidad necesaria que impedía el monopolio de las ideas de Sartre y sus discípulos.

Con su idilio comunista y las dimisiones de TM, Sartre relegaba la hegemonía intelectual que ejerció durante casi una década.

Finalmente, los tanques soviéticos en Budapest, en octubre de 1956, despertaron las iras de Sartre y provocaron el fin de una relación de cuatro años que no se recompondría jamás.


Jean Paul Sartre hablando en un mitín político callejero

Anticolonialismo

Luego de su experiencia con los comunistas, Sartre se dedicó –aparte de seguir escribiendo, cosa que no delegó nunca– a viajar por el mundo apoyando los movimientos revolucionarios de distintos países. Apoyó a China, a la revolución cubana (hasta 1971), a los grupos revolucionarios de Brasil y América Central, al Congo de Lumumba y a los rebeldes argelinos. Su actitud implicaba un fuerte desafío a los Estados Unidos y a la derecha nacionalista francesa, que veía en Sartre a un especie de demonio antipatriota.

En 1961 conoció a Franz Fanon, martiniqués biznieto de esclavos que se había plegado a los combates argelinos. En esa época prologó Los condenados de la tierra, libro célebre de Fanon que se convirtió rápidamente en un clásico de los movimientos de emancipación colonialista. Allí Sartre escribía: «No hace tanto tiempo, la tierra contaba con dos mil millones de habitantes, o sea quinientos millones de hombres y mil quinientos millones de indígenas. Los primeros disponían del Verbo, los otros lo tomaban prestado.»

Se puede considerar a esta fase política de Sartre, como la más eficiente, teniendo en cuenta las repercusiones internacionales que produjo y las presiones institucionales que generó. Y si bien en el plano filosófico Sartre había perdido espacio ante el avance estructuralista, su figura cobraba una nueva vigencia en la opinión pública. Esta nueva imagen es la que Annie Cohen-Solal describe como la del «intelectual simbólico» al «concentrar sobre su persona una parte de las tensiones de la sociedad francesa, desgarrada por la guerra de Argelia. Sirvió de chivo expiatorio a unos, de aval simbólico a otros». Y fue en ese contexto, ante el pedido de encarcelamiento y fusilamiento de Sartre solicitado por manifestantes nacionalistas, que De Gaulle pronunció la frase «no se puede encarcelar a Voltaire», haciendo referencia a la tradición francesa por el desarrollo de las ideas. Claro que en su retórica seguramente había evaluado antes el alto costo político que hubiera significado hacerle caso a los nacionalistas. La cosa es que el trato especial de De Gaulle convirtió a Sartre en «El Intocable», figura que le vino muy bien y supo aprovechar con posterioridad.


Mayo del ‘68

A principios de 1968 Sartre se encontraba presidiendo el Tribunal Russell, que intentaba aclarar los intereses en juego en la guerra de Vietnam, y en su obsesivo proyecto sobre Flaubert (el monumental libro El Idiota de la Familia).

Las revueltas estudiantiles de mayo del ’68 que, comandadas por Daniel Cohn-Bendit –Dany el Rojo–, paralizaron Francia, vieron en Sartre a un adherente, no a un incitador. Sartre apoyó decididamente la propuesta de «la imaginación al poder», pero siguió los acontecimientos desde afuera. Usó su imagen pública para reforzar las críticas de los estudiantes y jugó de periodista para abrirles prensa.

El triunfo gaullista sobre la revuelta, definido en las elecciones del 23 de junio, y la incomprensión del movimiento por parte del Partido Comunista, dejó a Sartre con un escepticismo hacia los partidos tradicionales de izquierda que lo llevó a radicalizar su posición política.



Jean Paul Sartre con la espléndida y lúcida Simone de Beauvoir, su compañera

Periodismo revolucionario

El 22 de marzo de 1970 detuvieron a Jean-Pierre Le Dantec, del grupo maoísta Gauche Prolétarienne, y secuestraron su periódico -La Cause du Peuple-. Ante tal situación Le Dantec fue reemplazado por Michel Le Bris, quien también fue detenido a los pocos días. Así, ante la prelidección del Ministro del Interior francés Raymond Marcellin por secuestrar las publicaciones maoístas y encarcelar a sus directores, los maoístas acudieron a Sartre en busca de protección. Querían utilizar el prestigio de Sartre y su condición de «intocable» como escudo ante los ataques del oficialismo.

A pesar de la distancia política que lo separaba de los jóvenes militantes, Sartre aceptó sus propuestas y el 28 de abril de 1970 se convirtió en el director de La Cause du Peuple. El 23 de setiembre del mismo año también aceptaba la dirección de Tout, publicación del libertario grupo VLR (Vive la Révolution), y el 15 de enero de 1971 la de J’ Acusse. Cohen-Solal, en su Sartre, cita la editorial de Toutdel 23 de setiembre de 1970 donde Sartre expresa: «Acepté la dirección de Toutcomo acepté la dirección de La Cause du Peuple, que actualmente sigo ejerciendo. Son muchos los puntos de divergencia entre estos dos periódicos, y personalmente no estoy de acuerdo con todo lo que en ellos puede leerse. La cuestión no es ésa: los procesos ridículos e indignos que emprende el gobierno, por medio de un tribunal de excepción, contra los vendedores de La Cause du Peuple, muestran que la clase dirigente tiene la intención de suprimir rápidamente toda la prensa revolucionaria... Puesto que ni siquiera se me ha inculpado en los procesos que se están llevando a cabo me pongo a disposición de cualquier periódico revolucionario para obligar a la clase burguesa, o bien a hacerme un proceso político, cuyo objeto sería claramente la libertad de prensa, o bien a poner de manifiesto, al no inculparme, la ilegalidad deliberada de la represión

La cobertura que Sartre prestó a estos periódicos lo llevó a participar de distintas protestas y detenciones, donde radicalizó sus críticas a la justicia del Estado –una «farsa» según él–. De su contacto con estos jóvenes estudiantes radicales nació su relación –muy cuestionada por sus antiguos amigos de TM– con Pierre Victor (seudónimo de Benny Lévy), uno de los líderes de la Gauche Prolétarienne y su secretario desde 1973 hasta su muerte. Su experiencia con los maoístas duró hasta el verano de 1973, época en que se disolvió el grupo de La Cause du Peuple.

En junio del ’71, Sartre participó activamente en la fundación de una agencia de prensa revolucionaria que se llamó Libération. Este ambicioso proyecto de comunicación no tardó en planificar un órgano de difusión propio, y el 23 de mayo de 1973 apareció el ejemplar Nº 1 del diario Libération.  

En el otoño de 1973, la ceguera obligó a Sartre a interrumpir sus trabajos para Libération, y dejó inconclusa su biografía de Flaubert. No obstante, hasta sus últimos días participó en debates y polémicas, y concurrió, acompañado por sus amigos, a distintas manifestaciones, conferencias y protestas.



        El compromiso político de Jean-Paul Sartre concluyó el 15 de abril de 1980, y convocó a más de 50.000 personas a lo que su amigo Claude Lanzmann llamó «la última manifestación del ’68.»
     

Gato Teo
(gatoteo@gmail.com)


Sartre, por Henri Cartier-Bresson





Deleuze, Onfray, Sartre, Bataille y Lacan

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          A los gatos nos gusta la filosofía. Nosotros, a diferencia de los humanos, no la consideramos como la «madre de todas las ciencias». La filosofía para nosotros es literatura de no-ficción. Por eso si tenemos expectativas cognitivas no recurrimos a la filosofía, sino a la poesía.
   
          Todos los jueves por la noche, concurro a un tejado de la Baixada de Viladecols, frente a una placita del barrio gótico, a mirar la luna y conversar de filosofía con un grupo muy culto de gatos y gatas. Muchas veces nos pasamos toda la noche analizando el sonido que produce el pensamiento de algunos autores. Leemos algunos textos, comemos ratitas al escabeche y nos bebemos unas buenas copas de leche fresca.
          El último jueves, la gata Frida leyó una frase de Gilles Deleuze que decía: «El concepto es un centro de vibraciones, que no se corresponde con la realidad, pero permite que oigamos con ella. Los conceptos se definen por su capacidad de resonancia».
          Se hizo un silencio de varios segundos, hasta que Tobías comentó que, a su parecer, Deleuze podía tomar una idea y extirparle cualquier atisbo de retórica. Para Pepo, la frase criticaba la taxatividad del lenguaje; y Titina sostenía que Deleuze se equivocaba, porque para ella los conceptos se definen por su verosimilitud lingüística en relación a una experiencia determinada. Luego dieron su punto de vista Félix, Flora y Manchado. La luna estaba hermosa.
          Yo dije que en esa frase, Deleuze se acercaba al pensamiento oriental y confirmaba mi hipótesis de que los conceptos son música.
          Esa noche hablamos de cinco pensadores: Gilles Deleuze, Michel Onfray, Jean Paul Sartre, Georges Bataille y Jacques Lacan.
          A continuación les dejo mi interpretación gráfica de los autores citados, más algunas de sus «vibraciones».

Ilustraciones psicodélicas de Gato Teo

Gilles Deleuze

"El marketing es ahora el instrumento del control social, y forma la raza impúdica de nuestros amos."

"Se nos enseña que las empresas tienen un alma, lo cual es sin duda la noticia más terrorífica del mundo."

"Si el deseo es reprimido se debe a que toda posición de deseo, por pequeña que sea, tiene motivos para poner en cuestión el orden establecido de una sociedad: no es que el deseo sea asocial, sino al contrario. Es perturbador: no hay máquina deseante que pueda establecerse sin hacer saltar los sectores sociales enteros."

"El arte es lo que resiste: resiste a la muerte, a la servidumbre, a la infamia, a la vergüenza."

"Se escribe siempre para dar vida, para liberar la vida allí donde esté presa, para trazar líneas de fuga."

"Los verdaderos grandes problemas sólo son planteados cuando son resueltos."

"No hay lugar para el temor, ni para la esperanza. Sólo cabe buscar nuevas armas."
   

Michel Onfray

"Al tomarse por lo que no son, al imaginarse en una configuración diferente de la real, los hombres evitan lo trágico, es cierto, pero pasan inadvertidos ante sí mismos. No desprecio a los creyentes, no me parecen ni ridículos ni dignos de lástima, pero me parece desolador que prefieran las ficciones tranquilizadoras de los niños a las crueles certidumbres de los adultos. Prefieren la fe que calma a la razón que intranquiliza, aún al precio de un perpetuo infantilismo mental. Son malabares metafísicos a un costo monstruoso."

"Se cree que el hedonista es aquel que hace el elogio de la propiedad, de la riqueza, del tener, que es un consumidor. Eso es un hedonismo vulgar que propicia la sociedad. Yo propongo un hedonismo filosófico que es en gran medida lo contrario, del ser en vez del tener, que no pasa por el dinero, pero sí por una modificación del comportamiento. Lograr una presencia real en el mundo, y disfrutar jubilosamente de la existencia: oler mejor, gustar, escuchar mejor, no estar enojado con el cuerpo y considerar las pasiones y pulsiones como amigos y no como adversarios."


Jean Paul Sartre

"El infierno son los otros."

"Odio a las víctimas que respetan a sus verdugos."

"Dios es ausencia. Dios es la soledad del hombre."

"La libertad es lo que haces con lo que te han hecho."

"Los cobardes son los que se esconden bajo las normas."

"Nadie es como otro. Ni mejor ni peor. Es otro. Y si dos están de acuerdo es por un malentendido."

"El mundo podría existir muy bien sin la literatura, e incluso mejor, sin el hombre."

"Las personas no están jamás tan cerca de la estupidez como cuando se creen sabias."


Georges Bataille

"El erotismo es la aprobación de la vida hasta en la muerte."

"La extrema seducción colinda, probablemente, con el horror."

"Todo libro es también la suma de los malentendidos a los que da ocasión."

"Está claro que el mundo es puramente paródico, es decir, que cada cosa que miramos es la parodia de otra, o incluso la misma cosa bajo una forma engañosa."

"La literatura es la infancia por fin recuperada."

"Desearía ser degollado violando a la chica a quien hubiera podido decir: eres la noche."

"Los hombres se ignoran en el bien y se aman en el mal."


Jacques Lacan

"Amar es dar lo que no se tiene a quien no es."

"Sólo los idiotas creen en la realidad del mundo, lo real es inmundo y hay que soportarlo."

"La relación sexual concluye con lo real."

"Ser psicoanalista es, sencillamente, abrir los ojos ante la evidencia de que nada es más disparatado que la realidad humana."

"Si usted ha comprendido, seguramente está equivocado."

"Sólo se siente culpable quien cedió en su deseo."

"La verdad tiene estructura de ficción."

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Gato Teo
(gatoteo@gmail.com)




Severino Di Giovanni

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Severino Di Giovanni
Por Gato Teo (gatoteo@gmail.com)
 
Uno de los libros que más me ha emocionado en mi vida de gato, ha sido sin duda el majestuoso trabajo histórico de Osvaldo Bayer titulado Severino Di Giovanni, el idealista de la violencia (Primera edición: editorial Galerna, Bs. As., 1970). Con este texto, Osvaldo Bayer continuó en solitario una obra de investigación que comenzó con artículos como Simón Radowitzky, ¿mártir o asesino? (hubo una edición publicada en la década del setenta y quemada por el régimen de Videla y Massera), La masacre de Jacinto Aráuz o La Rosales, una tragedia argentina (publicados en Todo es Historia, Buenos Aires, 1967), y se completó con los cuatro tomos de La Patagonia rebelde (1972, 1974 y 1975), Los anarquistas expropiadores (1975) y diversas publicaciones como Historia de la crueldad argentina. Julio A. Roca y el genocidio de los pueblos originarios (coordinación y prólogo, Ediciones El Tugurio, Buenos Aires, 2012). El conjunto de estos trabajos compone sin lugar a dudas uno de los aportes más valientes e importantes de la historiografía argentina. Bayer, a través de años de incansable trabajo, logró que la sociedad argentina reconociera la realidad de un conjunto de hechos que fueron sistemáticamente ocultados durante décadas por gobiernos e instituciones. Y reconocer este tipo de hechos también supone reconocer una multitud de asesinatos, delitos económicos y abusos de todo tipo ejercidos desde el poder (tanto democrático como dictatorial).
Por eso, antes de entrar de lleno en Severino, quería destacar la épica de Bayer, un intelectual que sin más armas que su pasión y sus convicciones enfrentó al establishment cultural argentino (con muchos autoproclamados «progresistas» incluidos) para revelar con crudeza la metodología con la cual el sistema social ejerce la violencia «hacia abajo». Por supuesto, su actitud le valió momentos de soledad y exilio, y el riesgo de su propia vida. Lo bueno de todo esto es que Bayer se salió con la suya, y esto de alguna manera también habla bien de Argentina (en muchos otros países a Bayer ya lo habrían cortado en pedacitos).
También hay que reconocer la enorme dificultad que debe haber supuesto recomponer la figura de Severino Di Giovanni. Porque a ningún sector político le interesa quedar pegado a un anarquista violento. Hay que recordar que cuando la violencia se ejerce desde arriba –aunque se trate de una masacre– generalmente se habla de «normalización», «control» u otros eufemismos; pero en cambio cuando la violencia se ejerce desde abajo, indefectiblemente se habla de «terrorismo». O sea: más méritos para Osvaldo Bayer.
   
Y ahora sí. Vamos a Severino, a esa figura intratable, apasionada, libre, salvaje, sexual, que seguirá incomodando o fascinando a quienes se aproximen a su historia.
   
Entonces, ¿quien fue Severino Di Giovanni, ese hombre apuesto y temerario que dinamitó el City Bank y el consulado fascista de Italia en Buenos Aires?, ¿cómo actuaba el anarquista enamorado que editaba libros y repartía el botín de sus asaltos entre los más desposeídos?, ¿qué pensaba ese hombre orgulloso que con 29 años enfrentó desafiante el pelotón de fusilamiento para gritar «¡Evviva l’ anarchia!»?
Para contestar estos interrogantes, nadie mejor que el propio Osvaldo Bayer a través de su libro en pdf que puedes descargar gratis haciendo click aquí, o aquí, o aquí, o aquí, o aquí; y en el caso que solo te guste leer en inglés, pues haz click aquí.
 
Si ahora no tienes el tiempo para leer el pdf, pero te carcome la curiosidad, puedes seguir leyendo la presente nota (y no te olvides de ver los 3 bonus tracks del final, con una entrevista a Osvaldo Bayer, la crónica del fusilamiento que Roberto Arlt hizo para El Mundo y una poesía de Raúl González Tuñón).
Pero no dejes de leer el libro, ¡es maravilloso! Aunque seas un católico reaccionario o una new age insoportable, igual te sugiero que lo bajes y lo leas, ya vas a ver que te va a encantar. Y tampoco hace falta que seas argentino o italiano: Severino es tan universal como el mismísimo William Shakespeare.
 
Introducción
«Historia Viva», publicado por La Razón de Buenos Aires (ejemplar gratuito con las ediciones del 7 de julio de 1966), reseña: «150 Años de la Vida del País en las Entrañas del Mundo». Allí, en la página 122, se resume en dos columnas el año 1931, y se lee TEXTUAL: «... Un hecho policial alarmaría al país a fines de enero: el tristemente célebre Severino Digiovanni sostiene un recio tiroteo con la policía en Callao y Sarmiento, y los disparos causan la muerte de una colegiala que pasaba por el lugar. Pronto la indignación popular tiene consuelo: se apresa a DIGIOVANNI en Burzaco, junto con otros integrantes de su banda. Dos días después, luego de un juicio sumarísmo, el pistolero ES FUSILADO, e igual suerte corre el día 2 de febrero su lugarteniente, Paulino Scarfó...»
Este texto puede resumir el tratamiento que la prensa amarilla (temerosa de molestar al autoritario dictador Uriburu) le dio al tema Di Giovanni. El hecho fue considerado como «policial» cuando en realidad era político; la figura de Severino era simplificada en la de un «pistolero», y la colegiala muerta (en realidad por una bala policial, según la tesis más probable) fue cargada a la cuenta de Severino Di Giovanni para alimentar la indignación popular contra el anarquista. Además sólo Paulino Scarfó fue preso en Burzaco, ya que Severino cayó en la calle Sarmiento entre Ayacucho y Río Bamba (de Capital Federal).
Lo cierto es que Severino había desafiado abiertamente el poder y a todas sus reglas. Se había mofado de él e intentaba hacer justicia por mano propia.
Era una época donde muchos trabajadores eran apaleados y asesinados por la policía o la macabra «Liga Patriótica» de Manuel Carlés (especie de parapolicial de la época), y todo quedaba siempre impune. Severino quería dar el ejemplo de lo que él consideraba que era el camino para vencer la injusticia...

Los orígenes
Severino Di Giovanni nació en Chieti (Italia), el 17 de marzo de 1901. Hijo de Carmine Di Giovanni y de Rosaria Duranti, Severino fue el único de los 5 hermanos que viajó a Sudamérica. En 1922 abandonó Italia con rumbo a San Pablo (Brasil), y en 1923 llegó a Buenos Aires con su esposa Teresa Masciulli. Teresa, nacida en 1897, tuvo tres hijos con Severino: Laura, Aurora  e Ilvo. Laura nació en San Pablo durante 1922, y Aurora e Ilvo nacieron en la Argentina en 1924 y 1925 respectivamente.
Severino trabajaba como maestro en Italia, y al llegar a la Argentina ofició de tipógrafo.
La década del ’20 se encontraba plagada de conflictos. En Argentina el anarquismo soportaba terribles represiones, Italia estaba gobernada por el fascismo y Norteamérica sentaba en la silla eléctrica a Sacco y Vanzetti. Este contexto no encontró pasivo al anarquista y antifascista italiano Severino Di Giovanni para quien «Vivir en monotonía las horas mohosas de lo adocenado, de los resignados, de los acomodados, de las conveniencias, no es vivir la vida, es solamente vegetar y transportar en forma ambulante una masa informe de carne y huesos. A la vida es necesario brindarle la elevación exquisita de la rebelión del brazo y de la mente» (citado por O. Bayer en Severino Di Giovanni, el idealista de la violencia).

La violencia
El fascismo de Mussolini provocaba el exilio y la muerte de miles de italianos. En Argentina la lucha de los obreros por sus derechos dejaba saldos sangrientos, como la masacre con que terminaron las huelgas de Santa Cruz. En este contexto de violencia, Di Giovanni eligió «la violencia de abajo» como metodología para enfrentar a «la violencia de arriba». Esta concepción de la lucha política lo llevó a realizar una serie de atentados y «expropiaciones», que lo convirtieron en el hombre más buscado de la República Argentina.
Los explosivos anarquistas generalmente eran destinados a inmuebles de propiedades norteamericanas (como repudio por el caso Sacco y Vanzetti) e italianas (como lucha contra el gobierno fascista). Por otro lado, los asaltos, o actos de «expropiación» permitían recaudar el dinero necesario para ayudar a los familiares de presos anarquistas, para la defensa de los detenidos y para la propaganda política.

Algunas de las acciones más comentadas que se adjudicaron a Severino Di Diovanni fueron:
- 16/5/26: Siendo las 23 hs estalla una bomba en la puerta de la embajada de Estados Unidos, en Arroyo y Pellegrini
- 22/7/27: Una bomba vuela el monumento a Washington en los bosques de Palermo.
- 22/7/27: La agencia Ford de Perú y Victoria sufre las consecuencias de la explosión de una poderosa bomba.
- 16/8/27: Explota una bomba en la casa del Jefe de Investigaciones de la Policía de la Capital Eduardo I. Santiago.
- 24/12/27: Tremenda explosión en el City Bank de la calle San Martín con un saldo de dos muertos.
- 23/5/28: Siendo las 11:42 hs, vuela el Consulado Italiano fascista. Nueve muertos.
- 22/10/29: El Jefe del Orden Social de Rosario, Juan Velar, famoso torturador, recibe un fogonazo en la cara que lo desfigura de por vida.
- 25/10/29: El director de «La Protesta», Emilio López Arango, que tiempo atrás había iniciado una feroz campaña periodística contra Di Giovanni, es muerto a balazos.
- 20/6/30: Asalto a la compañía de ómnibus «La Central».
- 2/10/30: Asalto al pagador de Obras Sanitarias en Palermo, con un botín de 286.000 pesos.

América Scarfó
El amor
Junto al temerario convivió el romántico. Severino tuvo un apasionado amor con una adolescente: Josefa América Scarfó.
América era la hermana de Paulino Orlando Scarfó, uno de sus inseparables compañeros, y a pesar de su juventud, poseía una concepción del mundo –y en especial de la condición femenina– muy progresista para la época. Para ejemplificar su postura se cita a continuación un sector de una carta que América le enviara a E. Armand (pensador libertario francés) con fecha 3/12/28 y que fuera publicada en el periódico «L’ en Dehors» el 20/1/29. Dice así:
«...Mi caso, camarada, pertenece al orden amoroso. Soy una joven estudiante que cree en la vida nueva. Creo que gracias a nuestra libre acción, individual o colectiva, podremos llegar a un futuro de amor, de fraternidad y de igualdad. Deseo para todos lo que deseo para mí: la libertad de actuar, de amar, de pensar. Es decir, deseo la anarquía para toda la humanidad. Creo que para alcanzarla deberemos hacer la revolución social. Pero también soy de la opinión que para llegar a la revolución es necesario liberarse de toda clase de prejuicios, convencionalismos, falsedades morales y códigos absurdos... Allí donde sea posible debemos interpretar el punto de vista anarquista y, consecuentemente, humano.
En el amor, por ejemplo, no aguardaremos la revolución. Y nos uniremos libremente, despreciando los prejuicios, las barreras, las innumerables mentiras que se nos oponen como obstáculos...»
En la carta citada (para leerla completa haz click aquí), América fundamentaba ante sus compañeros de ideología, su relación con Severino. Es evidente que frente a los valores morales conservadores de la década del ’20 la actitud de América era totalmente transgresora, y habrá escandalizado a más de un tradicionalista y religioso.
Las bellísimas cartas de amor que Severino le enviara a América, dejan traslucir una pureza de sentimientos difícil de imaginar en un hombre que se enfrentaba a la muerte cotidianamente. Pero en 1931 las cartas fueron «secuestradas» y permanecieron «detenidas» en el museo de la Policía Federal hasta julio de 1999, fecha en la cual el entonces ministro del Interior Carlos Corach se las devolvió a su propietaria Josefa América Scarfó, luego de infinidades de reclamos.
A continuación se reproducen dos de las cartas «liberadas» tras 68 años de «reclusión»:
«Tú, buena amiga mía, oh, mi dulce compañera, no puedes jamás imaginar cómo aumenta el bien en mí cada vez que te veo. En cambio de apagarse momentáneamente el incendio que me devora, cada uno de nuestros encuentros, cada uno de nuestros coloquios, cada uno de nuestros abrazos no sirven más que para dar alimento a la llama encendida de mi corazón. Y el alimento consume, devora, quema, arde, arde tanto y no sabe darme ningún bálsamo restaurador, ningún refresco delicioso, ninguno de los tantos minutos de reposo que sólo podré anhelar cuando estes junto a mi, en cada instante, en cada latido de nuestros corazones». (Carta de Severino a América)
«Dulce esperanza mía: Te busqué, pensé en tí, tú eras el único pensamiento que poseía. No te encontré. Tú - el sábado- estabas lejos de mi borrasca. Tal vez reías –ignorante de mi dolor– , reías feliz de nuestro amor que debía correr con las alegres alas de todas las más bellas alegrías. Pero yo no reía (pero pensaba en tí, eso sí), sufría en el tempestuoso nudo de los accidentes cotidianos que coronan la existencia de todos los perseguidos». (Carta de Severino, mientras estaba prófugo)

Élisée Reclus
Severino editor
Pese a las incomodidades de la ilegalidad, Severino se las arregló para dedicarse a otra de sus pasiones: las ediciones. Dirigió las publicaciones anarquistas Cúlmine y luego Anarchia, y editó las obras del pensador libertario francés Élisée Reclus (1830-1905).
También participó en numerosas publicaciones nacionales y del extranjero (usó seudónimos como Nivangio Donisvere o Mario Vando). Tuvo permanente comunicación con intelectuales y grupos de antifascistas de Europa, Norteamérica y Uruguay.
También aquí o aquí puedes descargar gratis y leer un texto escrito por Severino bajo el pseudónimo de Briand y titulado El derecho al ocio y a la expropiación individual.

La captura
El 29 de enero de 1931 Severino fue a la imprenta de Genaro Bontempo (Callao 335) para dar las últimas instrucciones sobre el tercer tomo de Escritos Sociales de Élisée Reclus. Al salir la policía lo esperaba. Se desató una encarnizada persecusión en las calles y techos de la zona, donde la policía realizó 100 disparos y Di Giovanni solo 5. En el tiroteo los policías dieron muerte a una niña e hirieron a varios transeúntes. Finalmente, Severino quedó acorralado en el garage de Sarmiento 1964. Sin pensarlo, se abrió la chaqueta y se disparó en el pecho, sobre su camisa blanca (otra versión indica que habría sido herido por sus seguidores). La herida no fue mortal, y el temido anarquista fue apresado.
A las pocas horas un operativo policial rodeó la quinta de Burzaco donde operaba la banda. Mario Cortucci, amigo de Severino y apresado días antes, habría dado la dirección de la quinta luego de ser sometido a salvajes torturas (ante el juez, Cortucci negó haber hablado). Resumen: murieron el agente Domingo Dedico y los anarquistas Braulio Rojas y Juan Márquez. Se escapó Artemio Pieretti, y detuvieron a Paulino y América Scarfó.


El juicio hipócrita
El tribunal militar nombró defensor de oficio a Juan Carlos Franco (30/12/1898-2/2/1934), Teniente primero del cuerpo de archivistas y ciclistas. Severino le advirtió a Franco que no pensaba mentir: «Jugué y perdí. Como buen perdedor, pago con la vida». Franco quedó impresionado ante la actitud del «reo» y se tomó muy en serio la defensa. Planteó la incompetencia jurídica del tribunal militar para juzgar al acusado, realizó una aguda crítica contra la pena de muerte, manejó la hipótesis de que Severino había actuado en defensa propia y demostró que la bala que había matado a la niña no provenía de la pistola de Severino. El impecable alegato del Teniente Franco dejó atónito al tribunal, que no esperaba eso. Severino igual fue condenado a muerte y Franco fue arrestado y dado de baja del ejército por decreto del Poder Ejecutivo a los cuatro días. En calidad de civil, Franco quedó preso en Villa Devoto hasta que en marzo Uriburu transigió y salió en libertad con la condición de irse del país. Así Franco se exilió en el Paraguay hasta octubre de 1932, cuando el gobierno de Justo lo reincorporó al ejército y lo destinó a Jujuy, donde tuvo una activa participación en el folcklore junto a Atahualpa Yupanki.
El 2 de febrero de 1934 (cumpliéndose tres años del fusilamiento de Di Giovanni y Scarfó), durante un banquete militar, Franco se levantó repentinamente descompuesto y falleció. Tenía 36 años. A pesar de las obvias sospechas de envenenamiento, a su cadáver nunca se le realizó la autopsia y el reporte oficial indicó muerte por «tifus».

La muerte
Antes de ser ajusticiados, Severino y Paulino fueron salvajemente torturados. Les aplastaron la lengua con tenazas, los quemaron con cigarrillos y les retorcieron los testículos, entre otros tormentos.
Severino fue fusilado en el Edificio de la Penitenciaría Nacional –ubicado en Coronel Díaz y Chavango (actual Las Heras)– el 1 de febrero de 1931 a las 5 horas, y Paulino 24 horas después. Con altivez y sin pedidos de piedad, Severino se enfrentó al pelotón de fusilamiento. Su cuerpo fue atravesado por 8 balas ante un sector de la clase alta porteña que no quiso perderse el show. Luego llegó el tiro de gracia.
Todos respiraron más tranquilos.
El cadáver de Severino fue depositado en secreto en el cementerio de la Chacarita. Al día siguiente la tumba amaneció totalmente cubierta de flores rojas, hecho que determinó la disposición de una guardia policial permanente a la tumba.
 
Severino, momentos antes de ser fusilado

EPÍLOGO
Severino Di Giovanni había sido eliminado de la sociedad. Faltaba hacer lo propio con su memoria. Esto último fue frustrado por el historiador Osvaldo Bayer, que con una investigación más que erudita, rompió el mito del pistolero mafioso. Dijo Bayer: «Se necesitaron muchas páginas para desenterrar la memoria. Rescatar la verdad de Severino Di Giovanni –con sus luces y sus sombras– es una manera de conocer las astucias y las trampas de la sociedad establecida. Es una manera de conocernos mejor a nosotros mismos.»

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BONUS TRACK 1:
«TODOS SE LAVARON EN LA SANGRE DE DI GIOVANNI»
Por Osvaldo Bayer
El siguiente texto es parte de una conversación que el humano con quien vivo (el pelado A. C.) tuvo con el historiador Osvaldo Bayer en Mendoza, Argentina, durante el año 1994.

Severino Di Giovanni es el prototipo del anarquista violento que se dio en los años ’20. Pero más que anarquista violento, Di Giovanni es el prototipo del antifascista. Todos sus atentados son contra organizaciones fascistas. Hay que comprender que él había sido expulsado por el fascismo en Italia, donde trabajaba como maestro.
Di Giovanni hace atentados puntuales, pero cuando uno empieza a manejar la violencia, no sabe en qué va a terminar. Ese es el problema cuando se desata la violencia.
Él, en el atentado contra el Consulado General Fascista, mató a nueve fascistas pero a un inocente. Entonces la pregunta es si eso vale. En la gran polémica que generó ese hecho él sostuvo que «no  hay inocentes». «Es un sistema cruel, no podemos reparar en los inocentes». Él tomó esa frase de un anarquista francés.
Yo, en cambio, parto de la base de que sí «hay inocentes». El que ejerce la violencia de abajo no puede jamás imitar a los que ejercen la violencia de arriba. Un hombre de izquierda no puede imitar jamás la violencia del fascista. Pero yo estudio la figura de Di Giovanni, con todos sus matices. A él lo fusilaron los militares (Uriburu) en el año ’31, y en esa época ya había hecho de todo. Es el hombre que ha escrito las más maravillosas cartas de amor. Además de estar casado y de tener tres hijos, tuvo un amor increible con una adolescente de 14 años. Él, el hombre más perseguido de la Argentina, iba a esperarla a la puerta del colegio secundario para ir a pasear por los jardines de la zona. Además, a pesar de que siempre lo perseguían, se las arreglaba para editar libros. Siempre que voy a alguna biblioteca de Francia o de Estados Unidos, encuentro algún nuevo artículo de Severino Di Giovanni. No sé cuando los hacía, ¡no dormiría este hombre!
Creo que Di Giovanni no tuvo suerte. Porque en la vida también hay que tener suerte... por ejemplo Durruti es un hombre igual que Severino Di Giovanni; es un hombre que le tocó vivir la Guerra Civil Española, y a pesar de ser anarquista se erigió en defensor de la república y murió en el frente. Tuvo otro fin que Di Giovanni. Los miembros del grupo de Di Giovanni, los que se pudieron salvar, fueron condecorados por la  república italiana después de la Segunda Guerra Mundial como héroes del antifascismo. Eran los mismos que hacían asaltos con Di Giovanni, pero no los atraparon y terminaron cobrando pensión como antifascistas. Es decir que si Di Giovanni no hubiera sido fusilado en el año ’30, hubiera sido un héroe para Italia. Así de injusta es la historia.
Entonces sobre Di Giovanni cargaron todos, todos se lavaron en la sangre de Di Giovanni. Sábato fue el que escribió en su novela Sobre Héroes y Tumbas eso de que «había anarquistas como Julián Pérez, que una vez lo encontraron desmayado en la calle, lo llevaron a la comisaría y comprobaron que no había comido durante cuatro días, y tenía dinero en el bolsillo. Entonces le preguntaron: ¿Por qué no se fue a tomar un café y a comerse unas medias lunas?, y el anarquista respondió: No, este es dinero del sindicato... Esto no se toca». Y dice Sábato: «Pero había anarquistas como Severino Di Giovanni, que hacía asaltos para vestir camisas de seda...», y eso es una absoluta mentira del señor Sábato, que lo sacó de las declaraciones de un comisario de policía. La verdad es que los anarquistas se metieron en Harrods, hicieron una expropiación de cajas de camisas, y resultó que eran camisas de seda (en aquel tiempo eran las camisas de lujo). Por eso en esa época, de pronto se vió a muchos anarquistas con camisa de seda: las habían repartido y las usaban, no las iban a desperdiciar. Y Severino, que en todas las fotografías policiales salía con overol, pobremente vestido, también usó camisa de seda, porque ligó una en el reparto. Me parece que hay que ser muy perverso para hacer esas declaraciones... porque ¿quién lo defendía a Di Giovanni?, los fusilados no pueden hablar...
Toda nuestra intelectualidad lo hundió y lo convirtió en una especie de maldición, de ahí que el Diario del Pueblo (una publicación católica) declaró en 1948 que «Severino Di Giovanni era hijo de Satán».
Meterse con esa figura era muy difícil. Pero yo tuve suerte: encontré a mucha gente viva, papeles, cartas de amor, y al final conocí a Fina Scarfó, que había sido su amante. Hoy tiene 82 años, vive todavía, y me ha reprochado mucho que haya escrito ese libro, porque dice: «Está bien, has hecho justicia con ese libro, pero no lo vas a comprender jamás», y entonces me mira –está cada vez más enamorada de Severino, a los 82 años lo idealiza tremendamente– y me dice: «Vos no lo podés describir cuando él me miraba a mí. Vos no podés describir esas noches en que estábamos juntos y él dormía como un santo, y yo no podía dormir porque sabía que en cualquier momento podía venir la policía», y después me mira y se ríe, porque es bastante irónica, y me dice: «Además vos nunca lo vas a poder describir porque no te acostaste con él». Mi interés como investigador histórico, por supuesto, no puede llegar hasta esos extremos (ríe). Además yo tenía tres años cuando ellos hacían esas cosas (final con risas).

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BONUS TRACK 2:
HE VISTO MORIR... 
Por Roberto Arlt 
Entre los periodistas que presenciaron el fusilamiento de Di Giovanni estaba Roberto Arlt, uno de los más destacados escritores argentinos de todos los tiempos. La crónica de Arlt se publicó en el periódico El Mundo y forma parte de sus Aguafuertes Porteñas.

Las 5 menos 3 minutos. Rostros afanasos tras de las rejas. Cinco menos 2. Rechina el cerrojo y la puerta de hierro se abre. Hombres que se precipitan como si corrieran a tomar el tranvía. Sombras que dan grandes saltos por los corredores iluminados. Ruidos de culatas. Más sombras que galopan.
Todos vamos en busca de Severino Di Giovanni para verlo morir.

La letanía.

Espacio de cielo azul. Adoquinado rústico. Prado verde. Una como silla de comedor en medio del prado. Tropa. Máuseres. Lámparas cuya luz castiga la obscuridad. Un rectángulo. Parece un ring. El ring de la muerte. Un oficial.
"...de acuerdo a las disposiciones... por violación del bando... ley número..."
El oficial bajo la pantalla enlozada. Frente a él, una cabeza. Un rostro que parece embadurnado en aceite rojo. Unos ojos terribles y fijos, barnizados de fiebre. Negro círculo de cabezas.
Es Severino Di Giovanni. Mandíbula prominente. Frente huída hacia las sienes como la de las panteras. Labios finos y extraordinariamente rojos. Frente roja. Mejillas rojas. Ojos renegridos por el efecto de luz. Grueso cuello desnudo. Pecho ribeteado por las solapas azules de la blusa. Los labios parecen llagas pulimentadas. Se entreabren lentamente y la lengua, más roja que un pimiento, lame los labios, los humedece. Ese cuerpo arde en temperatura. Paladea la muerte.
"...artículo número... ley de estado de sitio... superior tribunal... visto... pásese al superior tribunal... de guerra, tropa y suboficiales..."
Di Giovanni mira el rostro del oficial. Proyecta sobre ese rostro la fuerza tremenda de su mirada y de la voluntad que lo mantiene sereno.
"...estamos probando... apercíbase al teniente... Rizzo Patrón, vocales... tenientes coroneles... bando... dése copia... fija número..."
Di Giovanni se humedece los labios con la lengua. Escucha con atención, parece que analizara las cláusulas de un contrato cuyas estipulaciones son importantísimas. Mueve la cabeza con asentimiento, frente a la propiedad de los términos con que está redactada la sentencia.
"...Dése vista al ministro de Guerra... sea fusilado... firmado, secretario..."

Habla el Reo.

 Quisiera pedirle perdón al teniente defensor...
Una voz:  No puede hablar. Llévenlo.
El condenado camina como un pato. Los pies aherrojados con una barra de hierro a las esposas que amarran las manos. Atraviesa la franja de adoquinado rústico. Algunos espectadores se ríen. ¿Zoncera? ¿Nerviosidad? ¡Quien sabe!.
El reo se sienta reposadamente en el banquillo. Apoya la espalda y saca pecho. Mira arriba. Luego se inclina y parece, con las manos abandonadas entre las rodillas abiertas, un hombre que cuida el fuego mientras se calienta agua para tomar el mate.
Permanece así cuatro segundos. Un suboficial le cruza una soga al pecho, para que cuando los proyectiles lo maten no ruede por tierra. Di Giovanni gira la cabeza de derecha a izquierda y se deja amarrar.
Ha formado el blanco pelotón de fusilero. El suboficial quiere vendar al condenado. Éste grita:
 Venda no.

Mira tiesamente a los ejecutores. Emana voluntad. Si sufre o no, es un secreto. Pero permanece así, tieso, orgulloso.
Surge una dificultad. El temor al rebote de las balas hace que se ordena a la tropa, perpendicular al pelotón fusilero, retirarse unos pasos.
Di Giovanni permanece recto, apoyada la espalda en el respaldar. Sobre su cabeza, en una franja de muralla gris, se mueven piernas de soldados. Saca pecho. ¿Será para recibir las balas?
 Pelotón, firme. Apunten.
La voz del reo estalla metálica, vibrante:
 ¡Viva la anarquía!
 ¡Fuego!

Resplandor subitáneo. Un cuerpo recio se ha convertido en una doblada lámina de papel. Las balas rompen la soga. El cuerpo cae de cabeza y queda en el pasto verde con las manos tocando las rodillas.
Fogonazo del tiro de gracia.

Muerto.

Las balas han escrito la última palabra en el cuerpo del reo. El rostro permanece sereno. Pálido. Los ojos entreabiertos. Un herrero a los pies del cadáver. Quita los remaches del grillete y de la barra de hierro. Un médico lo observa. Certifica que el condenado ha muerto. Un señor, que ha venido de frac y zapatos de baile, se retira con la galera en la coronilla. Parece que saliera del cabaret. Otro dice una mala palabra.
Veo cuatro muchachos pálidos como muertos y desfigurados que se muerden los labios; son: Gauna, de La Razón, Álvarez de Última hora, Enrique Gonzáles Tuñón, de Crítica y Gómez, de El Mundo. Yo estoy como borracho. Pienso en los que se reían. Pienso que a la entrada de la penitenciaría debería ponerse un cartel que rezara:

 Está prohibido reírse.

 Está prohibido concurrir con zapatos de baile.


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BONUS TRACK 3:
COSAS QUE OCURRIERON UN 17 DE OCTUBRE
Por Raul Gonzalez Tuñón

El AUTOMÓVIL se lanzó a la carrera con un ronquido impresionante.
El Intendente visitó esta tarde los barrios obreros húmedos y rencorosos.
A los 20 años sólo creíamos en el arte, sin la vida, sin la  revolución.
Volveremos a las usina, al olor de la multitud y los descarrilamientos.
A las 5.7 estalló una bomba frente al Banco de Boston.
A las 5.17 el tranvía cayó al Riachuelo.
El Restaurant Reis queda en Río de Janeiro.
¿Nise o Nice, se llamaba la mujer de Mario Magalhaes?
El tranvía escapaba por el morro la oruga tierna, luminosa.
Pero al fin se dio vuelta en el recodo y se perdió.
Y así se perdió y así se pierde casi todo en el mundo.
Cuando volví mis viejos compañeros habían desaparecido.
Los niños juegan en la alfombras y ellos no saben nada;
por los ojos les entra la página del Veo y Leo.
(“¡Fuego, fuego! La casa se quema. Vienen los bomberos”).
Los enanos juegan en los calveros de los grandes bosques.
HA hecho de mi querida una verdadera camarada.
Me bebo un seco de Gordon, bailo un blues, me enamoro de algunas chimeneas
y me río de los millonarios.

El pobre hombre dijo cuatro palabras y cayó muerto acribillado.
El coronel entregó personalmente 5 pesos a cada soldado.
Le habían dicho: “Mañana, al alba, será usted fusilado”.
Los otros condenados aullaron agarrados a las rejas.
Tres niñas de la Sociedad van a ser presentadas al Príncipe de Gales.
El Parque amaneció cubierto de preservativos.
Josefina II ha pasado recién como un silbido.
Se acercará al muelle y las lindas muchachas bajarán, de sombrilla.
¡Qué macanudo!
(“¡Fuego, fuego! La casa se quema. Vienen los bomberos.”
“Sofá. Cama. Sopa. Cada nabo soso. La bola va sola.”)
El hombre fusilado debe estar ya medio destruido en la Chacarita.
América Scarfó le llevará flores, y cuando estemos todos muertos muertos,

América Scarfó nos llevará flores.

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Severino es llevado a sus verdugos



Poesía en estéreo

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     Los gatos somos muy libres, pero no piense el estimado lector que nuestra libertad es impoluta.
Alejandro el humano que vive conmigo me ha dicho que si no hago un post sobre el libro que acaba de publicar junto con su amiga Sandra, no me comprará más latitas Gourmet Gold (Mouse de Buey selecto y Pescado del océano). Su feroz amenaza vulnera claramente los derechos felinos internacionales, pero de momento no cuento con un apoyo legal adecuado.
     La vida es así... Todo sea por las deseadas latitas...
 
   


EN CONTRA DOS
Poesías de
Sandra REHDER y Alejandro CRIMI
Editorial GORBS

El origen de En contra dos
Por Alejandro Crimi

     Fenomenología de un misterio
     Los encuentros poseen una etiología oculta y misteriosa. Con ellos no funcionan ni la razón ni las estadísticas. Intelectualizar un encuentro es tan impreciso e ingenuo como objetivar un deseo. Por eso, frente a un encuentro, resulta muy conveniente rendirse: nunca sale muy a cuenta intentar controlar los caprichos del destino.
     Por otro lado hay que reconocer que los encuentros son tan bellos como los desencuentros, y que solo se diferencian en que los primeros se disfrutan y los segundos se padecen.
     Los matices al respecto pueden generar todo un universo de interpretaciones:
     - Encontrarse con una persona insoportable, ¿es realmente un encuentro (nefasto) o se trata más bien de un desencuentro con la fortuna?
     - ¿Qué tiene que ver la suerte con todo esto?
     - ¿Se puede hacer trampa?
     - La epifanía del encuentro, ¿necesita contar con un lugar justo y un momento adecuado para manifestarse?
     Se podrían plantear cientos de estos tipos de interrogantes, pero dudo mucho que se obtenga alguna respuesta contundente. Responder con alguna certeza a estas preguntas sería tan improbable como encontrarse a Sandra Rehder caminando por calle Princesa, un miércoles de otoño por la tarde, y que luego de charlar con ella durante diez minutos te invite a comer (para el viernes siguiente) empanadas caseras en su departamento.
     Conclusión: explicar el fenómeno de un encuentro es tarea imposible, pero la improbabilidad es un factor falible.
 
     La improbable Sandra Rehder
     Hubiera sido lógico conocer a Sandra hace tiempo, ya que nacimos en la misma provincia y en el mismo país. En línea recta, nos separaban 194,52 km. Pero nunca apareció en esa época nuestro amigo en común Rubén Romani, quien nos presentó la semana anterior al «encuentro» de calle Princesa. Quizás con Sandra nos pasamos cerca muchas veces, pero tuvieron que pasar algunas décadas para coincidir, suceso que curiosamente ocurrió a más de 12.000 km de nuestras coyunturas natales.
     Mi humilde experiencia me indica que hay tres tipos de encuentros:
     1- Encuentros con el enemigo: los sujetos encontrados se protegen con una buena armadura, y amablemente intentan joderse sin piedad.
     2- Encuentros de ajenidad: los sujetos encontrados cuidan lo que dicen, no se escuchan, mienten un poco e intentan vender algo.
     3- Encuentros entrañables: los sujetos encontrados se dan cuenta que no deben cuidarse de nada, comparten fragilidades, comen empanadas caseras y beben buen vino tinto.
     Las empanadas que hace Sandra son buenísimas.
 
     Complicidad
     Sandra es una artista profesional que canta como los dioses, y yo toco un poco la sánsula. Ella cocina muy bien, y yo tengo experiencias culinarias lamentables. Pero nuestras distancias musicales y gastronómicas no pudieron con nosotros, así que finalmente se impuso la voluntad de hacer algo juntos y decidimos unirnos en una de nuestras pasiones compartidas: la poesía.

     En contra dos es un libro de poemas que nace del encuentro y la complicidad. Se acompaña también de la complicidad de dos magníficos poetas: José María Micó (prólogo) y Ferrán Fernández (edición y corrección), y de un fotógrafo de lujo, Ronald Stallard (fotografías y videos de prensa).

     Todo lo demás, será de los lectores.
 


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DOS A FAVOR

José María Micó  

La poesía es el lugar en el que se encuentran la palabra, el pensamiento y la música. Lo demás es accesorio, pero el ritmo usual de la vida literaria y las imposiciones del yo nos han habituado a pensar en los libros de poesía como objetos en los que campea la experiencia intransferible de un solo individuo, o de un individuo solo. Sin embargo, la voz que habla en el poema es una entidad abstracta y el autor de carne y hueso suele ser un invento del destino. No se sabe bien por qué, empezamos a escribir en primera persona y a pergeñar versos con la esperanza de que los demás nos lean, confesando a gritos cosas inconfesables, o comunicando anécdotas de una vida que tal vez ni siquiera es la nuestra, pues no siempre se parece a la que vivimos y remeda torpe o hábilmente las vivencias que deseamos o imaginamos.

La belleza de En-contra-dosconsiste en que se trata de un libro raro, como encendido por el efecto de un fervor distinto: el fuego de un diálogo pactado pero sin duras condiciones previas, sin homogéneos turnos de palabra, sin más equilibrio que una alternancia caprichosa de sensaciones que equivalen, en su combinación, a la suma de dos experiencias que nos sorprenden, nos provocan, nos desnudan, nos divierten y nos enseñan sin dogmatismos la instintiva intimidad y el civismo consciente de dos individuos con los que es agradable y fácil identificarse. Es agradable y es fácil porque sus poemas, de forma tan variada que van del aforismo ingenioso a la prosa alucinada, configuran un mapa de lo humano con fuertes raíces en la vida (la suya y la nuestra) de todos los días.

La autora y el autor están aquí bien presentes, y como cada cual tiene su estilo y sus obsesiones, serían incluso reconocibles sin los minúsculos fetiches que los identifican: con contundencia se hace oír la voz sensual y precisa de Sandra Rehder en su capacidad evocadora y sentenciosa, y con sensualidad se imponen la moralidad inteligente y la conciencia retórica de Alejandro Crimi. Con modulación diversa, en una y en otro hay compromiso, y deseo, y humor, y lujuria, y afecto: un buen puñado de afinidades electivas que no implican despersonalización, sino que configuran un canto alterno de buenos solistas, un canto acordado y potente, como un dúo más de los que Sandra comparte con los mejores guitarristas que andan y tocan por estos pagos.

En mi primera lectura de En-contra-dos (que no ha sido la única ni será la última) me fui apuntando algunas frases más o menos sueltas: «todo malestar se disuelve con saliva», «Dios le da flechas a quien no tiene sexo», «la mala performance que exponen los buenos a la hora de competir», «el coraje siempre sabe más que el miedo», «un hombre como un tango bien parido», «busqué la luz y quedó en evidencia la oscuridad», «usar la voz que tengo», «cuando debería dormir te sueño y cuando duermo también», «el viento no sabe qué hacer conmigo», «nuestro verdadero rostro es el cuerpo», «solo envejezco para volver a verte» y un largo etcétera de destellos que aquí, sueltos y descarnados, no cumplen siempre el efecto que logran en su contexto, pero nos bastan para entender la variedad de registros y la capacidad expresiva de los autores.

Paradójicamente, en la afinidad aflora la diferencia, y la aparente simplicidad de la idea que sostiene el libro (dos autores para un solo volumen) asegura la originalidad del planteamiento y potencia la efectividad del mensaje, pues no se trata propiamente de una obra en colaboración, sino de una sucesión de complicidades. Y la primera complicidad es la ordenada armonía de sus secciones: la tensión de la palabra propia o ajena en «Arte poética», los cortocircuitos de la comunicación y la vida cotidiana en «Desencuentro» (me resulta imposible no pensar en el tango de Aníbal Troilo y Cátulo Castillo), la bestialidad atávica y la moderna fruición del sexo en «Erotismo», la perplejidad que deviene crítica en «Realidad», las ambigüedades del sentimiento en «Amor/Desamor» y las imágenes surreales o el sarcasmo en «Delirio».

Escribir no es exactamente vivir, pero la escritura es una extraña forma de conocimiento que nos desvela, a veces sin pretenderlo, los misterios de la existencia. Como en las parejas de otra índole que se forman al azar de los afectos, En-contra-dosreúne un buen puñado de instintivas lecciones —pero esta vez en verso— para entender la vida.

Y la entendemos doblemente.



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ROMPÍ CONSTELACIONES, fui sorda, ausente de todo,
viajé hacia el centro de la oscuridad
y encontré en el silencio lo que soñaba,
y lo que soñaba fue.



YO CREÍA
que lo había visto
casi todo
hasta que desprevenida
me caí en tus ojos



ESTE HOMBRE que me ama con locura
—nunca mejor utilizada la palabra—
me desorbita los ojos de ternura
y en colores me provoca los orgasmos.
A veces enumera, pone nombre
a cada peca que besa con sus labios,
me bebe el manantial, me sacrifica,
me lleva de mudanza a cada instante.
Este hombre tan difícil no vacila
en su paseo cotidiano de alto vuelo,
y cuando sufre, regresa o se ausenta,
insurgente yo leona quiebro el duelo,
le apuñalo esta vida que me queda.
Este hombre suculento y abrasivo
que provoca repensarme lo divino
abre mis venas, rescata lo perdido.
Ah! debo decirlo, este hombre mío
embiste, es como un tango bien parido.


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LA POESÍA consiste
en tensar el lenguaje,
hasta que la retórica
huya despavorida.



SIEMPRE GANAN los malos.
No sé por qué,
pero siempre ganan los malos.
Parece el efecto
de un conjuro universal
de dioses mediocres y frustrados
que se divierten
en el ejercicio de la injusticia.
O quizás sea simplemente
la naturaleza sádica del Cosmos.
Lo único que está
más o menos claro
es la mala performance
que exponen los buenos
a la hora de competir.



LOS DERECHOS
parecen ser
atributos
de las derechas.




Fotografías: Ronald Stallard

La política de los géneros

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Gato Viterbo, erudito gironés
La semana pasada concurrí a un seminario sobre la Estupidez Humana que dictó el prestigioso Viterbo en una fábrica abandonada del Poble Nou. Viterbo es un gato Sphynx de Girona, muy conocido entre los felinos de toda España por su erudicción y su increíble habilidad para cazar palomas.

Ante una abultada concurrencia felina, Viterbo expuso en forma detallada la torpeza que suelen exponer los seres humanos a la hora de razonar cualquier concepto. Viterbo se centró en el tema del género, que ocupa un lugar protagónico en la evolución de las grandes confusiones bípedas. Explicó que desde hace décadas, hombres y mujeres debaten sobre su identidad sin llegar a ningún consenso. Escuchemos algunos de sus conceptos:

".. Desde los filósofos que habitan los oscuros claustros académicos, hasta los personajes de la farándula mediática, todos suelen confundir género con anatomía y cultura con sexualidad. La mayoría de los humanos están convencidos de que el machismo es lo contrario del feminismo y viceversa. Piensan que el género es ajeno a la política y que los genitales deben determinar buena parte del destino de los mortales. Y como siempre, marginan, encarcelan y agreden al que piensa distinto, un tópico común y constante de la conducta humana desde que el Homo sapiens es plaga en el planeta..."

"... Los destellos de lucidez humana, focalizados sobre todo en las ideas de Simone de Beauvoir, Monique Wittig, Michel Foucault o Gilles Deleuze, se ven tapados por la escoria teórica que emana de la ignorancia intelectual de la especie..."

"... La mayoría de las personas adopta un comportamiento ridículo en función del tipo de órganos que tiene entre las piernas..."


A lo largo de una hora y media, Viterbo dejó en claro que los humanos poseen graves conflictos de identidad y que ignoran el uso correcto de sinónimos y antónimos. Según el Sphynx gironés, entre las mal llamadas "personas" existen los siguientes grupos políticos:

1- Comunidad queer: Se trata de activistas contraculturales y revolucionarios que se oponen al concepto tradicional de género. Si bien en muchos aspectos sus críticas son acertadas, cometen con frecuencia la frivolidad de reemplazar la idea tradicional de género por una idea no-tradicional de no-género, con lo cual no logran generar un cambio real y su gesta naufraga a la deriva en una "revolución líquida" (en el sentido que Zygmunt Bauman le da al término). Los queer deconstruyen con habilidad la idea de género, pero en vez de deshacerse del cadáver del concepto autoritario (que huele a podrido) lo intentan sustituir por un modelo zombie de identidad (que, obviamente, huele a muerto). Cuando se extirpa un tumor cerebral maligno, no se pone en su lugar otro tumor, aunque sea benigno o inocuo. De la misma forma, la idea de disolver el concepto de género debería suponer el fin del conjunto de limitaciones que éste supone, no el surgimiento de un nuevo género gótico o "género Frankenstein". El género no es un paradigma, es un simple prejuicio. Con eliminarlo basta.

2- Grupos de derecha:

En general, estos grupos patológicos se caracterizan por el instinto de someter, humillar o violar al prójimo. Suelen estar compuestos por individuos inseguros y excesivamente estructurados, que hacen de la ignorancia su forma de vida.

Macho tradicional
2.1) Machistas: Este colectivo se compone de hombres peligrosos y mujeres estúpidas, y tiene como bandera a la misoginia. Políticamente son equivalentes al fascismo y a los nazis. Los varones machistas a diferencia de las mujeres hembristas asesinan con frecuencia a personas débiles (casi siempre mujeres), ya que en su gran mayoría son homicidas potenciales. Ejercen la llamada "violencia de género" y valoran positivamente el complejo de Edipo. Los varones machistas poseen una heterosexualidad aparente, débil o ambigua, que tratan de ocultar con prolijidad y vegüenza. Además, solo forman pareja con mujeres machistas, ya que no logran concretar erecciones frente a mujeres libres (a quienes temen).

2.2) Hembristas: Este colectivo se compone de mujeres peligrosas y hombres estúpidos, y tiene como bandera a la homofobia. Políticamente son equivalentes a la derecha utilitarista. Las mujeres hembristas a diferencia de los hombres machistas no asesinan a nadie pero en su gran mayoría son psicópatas. Las féminas hembristas intercalan posicionamientos machistas, new age o feministas (según la conveniencia) con actitudes victimistas para lograr una eficiente manipulación psicológica de los varones. En las parejas embristas, el varón es quien trabaja, limpia el hogar, cocina, lleva a los niños al colegio y paga los impuestos, mientras que la mujer desempeña un papel de diosa neopagana, que se especializa en generar caprichos y coleccionar amantes (a los que también manipula). Si bien las mujeres hembristas disfrutan hasta los 40 años del ocio y de los beneficios de la esclavitud masculina, a partir esa edad comienzan una terrible decadencia sin retorno, marcada por la soledad y la depresión.

3- Grupos democráticos o progresistas:

3.1) Masculinistas: Grupo de varones (individuos con pene) socialdemócratas de escasa visibilidad social, que se caracteriza por su perfil reformista. No tienen complejos importantes (como los machistas), son democráticos e incluso pueden llegar a ser simpáticos. Defienden el canon masculino y no intentan cambiar demasiadas cosas. Pueden formar parejas con varones gays o con mujeres machistas o feministas, lo que los coloca como el grupo más funcional. Los masculinistas pueden ser pobres o ricos, medianamente inteligentes o medio tontitos, pero a diferencia de los machistas se debe reconocer que tienen un mínimo de educación. También se puede agregar que en los últimos años han comenzado a utilizar cosméticos, que son coquetos y políticamente correctos.

3.2) Feministas: Grupo de mujeres (individuos con clítoris) progresistas, que reclaman igualdad de derechos con los varones. Tienen mala fama y mala prensa, pero son el colectivo más digno y valiente. Pueden presentar empatía con muchos integrantes de la comunidad queer, pero las diferencias con ellos son marcadas. Practican el coito con lesbianas y masculinistas, y suelen ser trabajadoras y buenas madres. Sus principales detractores no son los machistas, sino las mujeres no feministas. Esta paradoja podría resultar sorprendente, pero los gatos ya estamos acostumbrados a las incoherencias humanas.

Hembra tradicional
Para poder comprender las caóticas y lamentables relciones humanas, Viterbo también enumeró las confusiones más conocidas:

1- La más famosa: "Lo opuesto a un machista es una feminista". Es algo tan pueril como suponer que si un hombre se masturba le saldrán pelos en las manos (de la picardía popular).

2- "La mayoría de las feministas son lesbianas" (se dice en tono xenófobo, como si ser lesbiana fuese peor que no serlo). Lo cierto es que el porcentaje de lesbianismo no varía demasiado entre las mujeres de los distintos grupos políticos anteriormente descriptos.

3- "Algunas feministas son homófobas". Esta confusión está muy generalizada, y es una verdadera falacia. Las feministas no son homófobas. Si una feminista manifiesta homofobia, en realidad no es feminista sino hembrista. Y eso sí que puede ser un fenómeno común: el hecho de que hayan muchas hembristas disfrazadas de feministas. Lo mismo sucede con los masculinistas misóginos, que no son otra cosa que machistas encubiertos.

4- "Los machistas son muy masculinos". Esta confusión es absurda, ya que un machista expone una ambigüedad sexual mucho más extrema que un masculinista afeminado.

5- "Los queer son todos perversos y drogadictos". Esta afirmación no es una confusión sino el típico y burdo recurso de los grupos de derecha para desacreditar a los "deconstructores de géneros". Los derechistas siempre le van a envidiar a los queer la libertad sexual que ejercen. Además, los queer pueden ser en muchos casos catárticos o abusar de cierto exhibicionismo adolescente, pero tanto en el plano ético como en el estético son infinitamente más coherentes y sanos que los "derechistas del género" (ojo, me refiero a machistas y hembristas no a sastres).

6- "Los masculinistas son machistas encubiertos". Es la típica frase de las hembristas para justificar su homofobia y canalizar sus frigideces latentes. Los masculinistas no tienen nada que ver con los machistas. Incluso existen numerosas agrupaciones masculinas antimachistas, como por ejemplo la revulsiva ALA (Agrupación de Lesbianos Anarquistas). La ALA tiene sede en Barcelona, y se autodefine como una agrupación anarco-masculinista que adhiere al denominado "lesbianismo masculino". Dicha agrupación, liderada por el activista uruguayo Carlos Callero y el argentino Alejandro Crimi (mi socio), busca la integración con diversos cuadros queer y feministas para combatir el sexismo capitalista. En sus reuniones, los dirigentes lesbianos, suelen evocar con pasión las figuras de Bakunin y Kropotkin a la vez que elogian la sexualidad femenina en cualquiera de sus vertientes.


Gato Teo
(gatoteo@gmail.com)

Adiós al amigo

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Gato Teo
(Mendoza, Argentina, ?/2/2003 - Barcelona, España, 5/12/2013)

     El 1 de noviembre de 2013, el polémico misántropo Gato Teo no jugó en todo el día. Al principio parecía una peculiar forma de protestar contra el cristianismo, ya que durante esa jornada la tradición católica festeja el Día de Todos los Santos, pero nunca retomó las prácticas lúdicas. 35 días más tarde murió por causa de una afección hepática sin que el veterinario pudiera hacer nada al respecto.
     Teo había superado cinco intervenciones quirúrgicas, tenía el corazón agrandado, artrosis, alergias crónicas, un clavo en la pata izquierda trasera y desde el 2010 padecía de sordera. A pesar de todo, nunca había dejado de jugar.


     Sobrevivió a 9 mudanzas en dos continentes, viajó en aviones, automóviles y motocicletas, y durante tres años publicó 59 entradas en este blog (con 35.000 visitas).
     Teo fue indudablemente un gato carismático, lo que explicaría su perfil mediático: tuvo apariciones fugaces en los principales periódicos de Mendoza, en la TV de Buenos Aires, en el Periódico de Cataluña y en diversos libros y blogs. Sus opiniones fueron recogidas por distintos medios, como el portal Sigueleyendo (Barcelona) o Los Under Online (Mendoza), y en algunos casos provocó airadas discusiones.
     Le encantaba masticar hojas de cedrón (hierba Luisa) y de Cannabis sativa, y adoraba especialmente las plantas del género Nepeta.
 

     Creó una teoría místico-atea que denominó «particularismo» (que en la actualidad cuenta con dos seguidores y un adherente), donde criticó con dureza la idea de la trascendencia y a los mismísimos valores de la Ilustración. También realizó entrevistas a conocidas figuras del espectáculo y creó el grupo «Gatos Indignados de Ciutat Vella», que no tuvo ninguna repercusión.
     Los humanos que vivían con él no economizaron lágrimas en su despedida, y coincidieron en retratarlo como «un compañero entrañable y una fuente inagotable de pelo, alegría y ternura».
   

¡Salud por Teo!
¡Vivan los gatos y la anarquía!

Bajo esas piedras, al borde de un hermoso acantilado, en los alrededores
de Santa María de Corcó, descansan los restos del querido Gato Teo

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Por razones obvias se desconoce el futuro del presente blog.
En enero del 2014 se evaluará la posibilidad de cierre o continuidad.
Hasta entonces!
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APÉNDICE GRÁFICO
   
Teo atacando con ferocidad a la mano que lo molesta

Observar las estrellas: una vocación

Teo acompañando a su amigo
Ale en el diario Uno de Mendoza
 
Teo en el portal Sigueleyendo

Teo presente en la blogosfera

Gato Teo en el programa de TV
"Las Partes del Todo", de Canal a (2007)
 
Teo participó en la 5ta Muestra
de Arte Erótico Vendimia que
dirige Orlando Siliotti (2012)

Teo dignificando a Crimi en Los Andes

Teo con Ludovica, su
compañera favorita de juegos
  
El pelado y el peludo:
amigos inseparables

Como es arriba es abajo

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     La verdad es que no sé por dónde empezar. Todo sucedió muy de prisa y tengo mucho que contar...
     Como algunos saben, morí el 5 de diciembre de 2013, exactamente 222 años después que Wolfgang Amadeus Mozart; o si se quiere, el mismo día que Nelson Mandela.
     Mi salud estaba muy deteriorada, y mis socios humanos estaban empeñados en mantenerme con vida. Me llevaban al veterinario, me daban alimento líquido con una jeringa, y me ponían una bolsa de agua caliente junto a mi cama para contrarrestar la hipotermia. Uf, estaban insoportables... Finalmente, la mañana del 5 de diciembre, me llevaron nuevamente al veterinario y quedé ingresado. Me pusieron suero, un par de inyecciones y me llevaron a terapia intensiva.
     Yo no entendía mucho lo que pasaba, ya que estaba casi en coma. No pensaba nada. No estaba asustado, solo quería que pasara todo ese embrollo de dolores, tubos y manoseos.
     En un momento, recuerdo que cerré los ojos y entré como en un profundo trance. Sentí una gran paz y los dolores comenzaron a disiparse. Tenía la sensación de flotar sobre mi propio cuerpo. Abrí los ojos y noté que estaba rodeado por una luz blanquecina muy intensa. Percibía con claridad la cercanía de una presencia. ¿Quién era? Mi respiración era muy lenta. Suspiré. Sentí que no debía resistirme a nada. Estaba entregado...
     Frente a mí comencé a divisar una silueta humana, presumiblemente femenina, que se me acercaba y estiraba su mano hasta acariciarme la cabeza con infinita dulzura.
     ¿Estaba muerto?
     Todavía no. Era la asistenta del veterinario, que había encendido el tubo halógeno para ver cómo estaba reaccionando al suero.
     Media hora más tarde mi corazón se detuvo.

     Se preguntarán cómo estoy contando todo esto... No se pongan ansiosos, trataré de explicarlo.
     Como primera medida debo advertirles que si quieren entender lo que les voy a contar, deben dejar de lado cualquier lógica. La lógica es una ciencia formal muy inestable que, si bien funciona correctamente en algunas literaturas binarias, fracasa cada vez que se la quiere proyectar a otras disciplinas.

     Me dí cuenta que había muerto cuando desaparecieron mis molestias físicas. Sentí un gran alivio, e inmediatamente experimenté algo muy difícil de explicar: «lo terrenal» perdía «densidad» y yo me transformaba en conciencia dialéctica. Conciencia pura, elemental. Conciencia molecular, humilde, amoral.
     La conciencia molecular es muy poco espectacular pero resulta concreta. También se la podría definir como una tendencia sutil, como una particularidad indefinida o como la humilde aproximación a una identidad atómica.
     Entendí que hasta las piedras tienen conciencia. Así como yo tengo conciencia de gato, Mariano Rajoy tiene conciencia de franquista retrógrado y cualquier ejemplar de Solanum lycopersicum tiene conciencia de tomate. Esto es algo que a los humanos les cuesta mucho entender. Ellos no logran dimensionar el Universo porque están presos de paradigmas absolutos, de lógicas maniqueístas y de deseos trascendentales. Los humanos son trágicamente duales, y por eso inventan esos torpes conceptos bipolares de «Dios», «vida», «muerte», «amor», «libertad», «alma» o «espíritu» que se afirman sobre la negación de su contrario. Ellos desperdician sus días intentando dotar de un «sentido» a esa impresición terminológica denominada «vida». La vida es pura factibilidad, no tiene sentido. El famoso «sentido» no es más que un prejuicio interpretativo. El «sentido de la vida» es un contrabando moralista. Es histeria retórica. Es también el dogma de fe de los filósofos ateos y el mandato divino de los teólogos.
     Por eso en los estadíos terrenales, los gatos somos más lúcidos que los humanos: Ni somos hipócritas ni le damos un carácter sagrado a nuestras fabulaciones.

     No se preocupen si no entienden nada de lo que digo. Hay que morirse para darse cuenta de todo esto.
     Esperen un poco, ya les tocará a ustedes. Es cuestión de tiempo.
     Y espacio.
     Ya verán lo divertido que es.


     Sintetizando: al morir entré en una dimensión donde no hay espacio para las especulaciones, ya que la realidad es excesivamente abrumadora. Inmediatamente me di cuenta que aquí todo encaja. Todo es continuidad, levedad y diferencia. En el infinito cuántico no se utilizan antónimos, no hacen falta. Los antónimos solo sirven para evidencir las limitaciones del lenguaje, y esto –o sea el «más allá» de ustedes– es el reino de la sinonimia.
     Se pueden ver a muchas conciencias ir de un lado a otro, presumiendo de sus fragilidades e interactuando con la majestuosa nada. Las paradojas se acumulan por todas partes y existen infinidad de pasajes y paisajes. ¡Realmente todo esto es interesantísimo!
     No vayan a pensar que los estoy incitando al suicidio colectivo (lo que en realidad le vendría muy bien al planeta), o que estoy promoviendo alguna agencia de turismo cuántico. No, nada de eso. Solo deseo transmitir mi experiencia.

     Sorprendido por tantas cosas nuevas, me tropecé con una conciencia que al parecer iba muy apurada hacia un agujero negro.
     — Hola, disculpa, mi nombre es Teo y soy nuevo por aquí, ¿puedo hacerte unas preguntas?
     — Hola Teo, soy Alicja y también soy nueva. Me gustaría charlar contigo pero me acaban de informar que ya mismo debo pasar al otro lado a través de un Pasaje de Iniciación que se ha abierto en aquel agujero negro que se ve al fondo. Así que debo irme...
     — ¡Espera un momento! ¿Quién te informó? ¿Cómo es eso del Pasaje de Iniciación?
     — ¿No lo sabes? Qué extraño... Pensé que todas las conciencias tenían esa información... En mi caso, apenas me morí me interceptó una conciencia funcionaria, me indicó las coordenadas de mi conducto y me entregó el código de 43 dígitos que tenemos los humanos. ¿Tú eras humano?
     — No, era gato.
     — Ha... los gatos creo que tienen códigos de 37 dígitos... Igual deberías preguntar... Pero bueno, en principio solo hay que saber que cada conciencia apenas llega aquí tiene que buscar su conducto hacia el otro lado. Y el mío es aquel...
     — Mmm... bueno, buscaré algún puesto de información... ¿Tú de dónde vienes?
     — Yo hasta hace muy poco tenía 34 años y vivía en un bonito departamento en Klodawa, un pequeño pueblo que está en el centro de Polonia, a pocos kilómetros de Warszawa. Todo iba bien pero el imbécil de mi marido era muy celoso, y no toleró verme haciéndole una felación a nuestro vecino. ¡Machista de mierda!, me degolló con el cuchillo de cocina...
     — ¡Qué bruto!
     — Sí... Discúlpame Teo, pero me voy... no quiero llegar tarde...
     Alicja se marchó a toda velocidad en dirección a su nuevo destino y yo me quedé rodeado de un halo de incertidumbre.
     Me dirigí hacia un remanso de energía azul que salía desde un trozo de materia y divisé en un costado una especie de chiringuito con un cartel que decía «Information consciences». Sin dudar me acerqué y le comenté al encargado mi situación.
     — ¿Me facilita su código, por favor? –me dijo con esa frialdad que suelen utilizar los empleados públicos.
     — Nadie me ha dado ningún código. ¿Dónde puedo conseguirlo?
     — No puedo darle esa información. Le recomiendo que consulte en el Pasaje de Iniciación más cercano. Que tenga usted una buena eternidad.
     Burocracia hay en todos lados, pensé. Tenía razón el hermético Hermes Trismegisto al formular la Ley de la Correspondencia y suponer que «como es arriba es abajo»
     Fui a un Pasaje que se encontraba en un bucle invertido de cargas eléctricas y luego de hacer una larga cola me atendió una conciencia cósmica. Le comencé a explicar mi situación pero me interrumpió:
     — Mire don Teo, para pasar al otro lado usted tiene que solicitar su código de identidad en la oficina de la Secretaría General de Inmigración y Emigración, que está en la Dimensión 27 a la altura del Limbo de los Patriarcas. Allí también le darán las coordenadas del Pasaje de Iniciación o conducto que le corresponda.
     — Pero recién conocí a una polaca que me dijo que apenas murió le dieron su código, ¿por qué a mí nadie me dio nada?
     — Hay distintas causas por las cuales una conciencia puede quedar indocumentada, o sea: sin su Código Akáshico (C.A.). No sé cuál será su caso, pero en general se les deniega el C.A. a todas aquellas conciencias que de alguna manera hayan transgredido las reglas del éter en su existencia anterior.
     — ¿Y qué pasa si no consigo mi C.A.?
     — Nada.
     — ¿Nada?
     — ¿Dónde se cree que está?


     En la Secretaría General de Inmigración y Emigración, me informaron que no me habían asignado un C.A. porque en mi último estado molecular había infringido centenares de veces la ley cósmica que le prohibe a los gatos hablar con los humanos. Me dijeron que debía esperar, porque existía la posibilidad de que en algún momento apareciera una conciencia funcionaria y me diera las coordenadas de mi conducto y mi código de 39 dígitos.
     — ¿No es de 37 dígitos?
     — No, de 37 es para los quelonios.
     — ¿Y cuánto puede llegar a demorar la aparición de esa conciencia funcionaria que usted dice?
     — Algunos segundos o centenares de milenios.
     — ¿Y que pasa si nunca viene?
     — Nada.
     — ¿Hay alguna forma de agilizar el trámite?
     — No.
     — Una última pregunta. La mayoría de las conciencias que veo parecen concentradas en pasar al «otro lado». Desde que he llegado aquí todo el mundo habla del «otro lado». ¿Qué carajo hay del otro lado?
     — Nadie lo sabe.
     — ¿Y si nadie lo sabe por qué todos quieren ir allí?
     — Nadie lo sabe.
     — ¿Puedo hablar con su jefe?
     — Los jefes no existen.
     — ¿Y a usted quién le ordena lo que tiene que hacer?
     — Nadie.


     En definitiva estoy indocumentado. Soy una especie de alma de gato en pena que deambula por los confines más inestables de la materia y la energía. De todas maneras no me quejo ya que esto es maravilloso. Hay unas vistas espléndidas –muy surrealistas–, no hace frío ni calor, no hay policías, y no tengo que andar cazando ratones o pajaritos. Y mientras espero que me lleguen los «papeles» voy a retomar las actividades del blog.
     ¿Cómo interactúo con el mundo de los vivos?
     Es lo más fácil: ectoplasma, posesión, contactos oníricos, quiasmas entre realidades paralelas, contactos auditivos, magnetismo, etc.
     En otra ocasión les cuento a quién me he encontrado por aquí.
     Les dejo un ronroneo afectuoso!
   

Gato Teo (corresponsal del Más Allá)
gatoteo@gmail.com

Problemas de Identidad

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     Una de las principales limitaciones de los Homo sapiens es su incapacidad para reconocerse a sí mismos: Los humanos no tienen ni la menor idea de quienes son. Llevan milenios intentando descubrirse y sólo han logrado configurar algunos ingeniosos juegos de palabras como «Pienso, luego existo» y «Ser o no ser». En el Siglo XX algunos filósofos intentaron responder a la pregunta sobre la identidad personal relativizando contextos, como José Ortega y Gasset («Yo soy yo y mi circunstancia») o Jean Paul Sartre («Yo soy yo y mi situación»), pero fue el Premio Nóbel José Saramago quien en el año 2002 expresó una mayor precisión conceptual. En una entrevista que le realizara la periodista Silvia Lemus a raíz de su libro El hombre duplicado, Saramago dijo: «Creo que nos hemos puesto de acuerdo en los últimos tiempos en que el yo no existe, no hay nada de constante, de permanente.» «La pregunta de quién es el otro no tiene respuesta, y tampoco tiene respuesta la pregunta de quién soy yo.» «Hablando con franqueza total, no sé quién soy... soy José Saramago, soy escritor y soy portugués, pero ¿qué significa eso? Esas no son respuestas a la pregunta ¿quién soy yo?»
     Saramago pensaba que «... podemos escribir mil páginas sobre nuestra vida, pero al final seguiremos sin saber quién somos... El yo decididamente se tambalea, no existe. Si existiera sería algo constante, permanente a lo largo de toda nuestra vida, pero el niño que fuimos quedó atrás igual que el adolescente o el adulto y hemos ido cambiando. Por muchos puentes que uno construya en dirección al otro no llegará nunca a saber quién es. Si uno no sabe quién es, ¿cómo va a saber quién es el otro?»
     Esta idea de Saramago respecto a la ausencia de la conciencia del yo en humanos se puede comprobar fácilmente si se le formula a distintas personas la pregunta «¿Quién eres?»
   
     Las respuestas más comunes que se pueden recibir son:

1- Contesta con un nombre. Por ejemplo «Alejandro», sin detenerse a pensar que deben existir miles de sujetos también etiquetados por sus padres como «Alejandro». Por lo cual la etiqueta (o tag) de «Alejandro» no logra definir ni siquiera una generalidad. Un caso similar ocurre con el apellido. Además uno le preguntó quién es, no cuál es el nombre que le pusieron sus padres al nacer.
2- Contesta con un logro personal que considera destacado, en muchos casos de dudosa legitimidad. Por ejemplo: «Soy Máster en Pedagogía». Este punto es delicado, ya que resulta muy improbable que una persona que se define así lleve el documento original que certifica el citado Máster. Además uno le preguntó quién es, no qué tipos de estudios completó.
3- Contesta con su edad y/o nacionalidad. Por ejemplo: «Soy española, tengo 38 años». Pero si se tiene en cuenta que España tiene alrededor de 48 millones de habitantes, y que hace 38 años nacieron en el mundo miles y miles de personas de distintas razas, el hecho de ser española y tener 38 años se deriva en una información irrelevante a la hora de definir una identidad. Además uno le preguntó quién es, no en qué país nació o hace cuántos años lo hizo.
4- Contesta asegurando la propiedad de algo. Por ejemplo: «Soy el propietario del departamento del primer piso». En este caso el consultado reduce la complejidad de su identidad a la simpleza de un inmueble, lo que revela solamente mezquindad existencial. También es muy común escuchar respuestas del tipo «Soy el dueño del Fiat Palio azul», con lo que se agudiza el matiz del ejemplo anterior. Además uno le preguntó quién es, no qué tiene.
5- Contesta con un posicionamiento filosófico o una convicción ideológica. Por ejemplo: «Soy neohegeliano de izquierda». Este tipo de respuestas generan una particular confusión, porque es como si a la pregunta «¿Qué hora es?» se la tratara de resolver con «Nublado» o «Domingo». Los neohegelianos de izquierda son sólo una leyenda urbana. Además uno le preguntó quién es, no cuál es el eje teórico de su onanismo intelectual.
6- Contesta con preferencias musicales. Por ejemplo: «Soy fan de Britney Spears» (o Wendy Sulca, o Fito Paez, etc.). En este caso ya no podemos hablar de desconocimiento de la propia identidad, sino que estamos en presencia de una literal desintegración del «Yo».
7- Contesta con una adherencia a íconos populares o populistas. Por ejemplo: «Soy hincha de Boca y peronista». Esta es una respuesta típicamente argentina que comúnmente se acompaña con frases como «¡El Diego (Maradona) es lo más grande que hay!», «Messi pecho frío» o «¡Viva Perón, carajo!». Además uno sólo le preguntó quién es.
8- Contesta con su creencia religiosa. Por ejemplo: «Soy católico apostólico romano». Pero ser católico en el siglo XXI sólo define una voluntad de frenar cualquier evolución que se manifieste en los tejidos sociales, no configura identidad alguna. Además uno le preguntó quién es, no de qué creencia dogmática es víctima.
9- Contesta con su elección sexual. Por ejemplo: «Soy lesbiana». Lo cual es equivalente a contestar «Me gusta más el color rojo que el amarillo», o «Prefiero la paella a la fideuá». Y uno le preguntó quién es, no qué gustos tiene.
10- Contesta con un episodio coyuntural o una acción pasada. Por ejemplo: «Soy la que le tiró la piedra al loro», o «Soy el que se folló a la hermana del Xavi». Pero en la vida de una persona suceden infinidades de cosas, y definirse por sólo una de ellas es perderse sin remedio en los laberintos de la ontología. Además uno le preguntó quién es, no qué estupidez hizo.

     Está claro que la confusión humana con respecto a su identidad tiene dimensiones extraordinarias, por lo que intentaré desde mi pragmatismo felino realizar un breve tutorial para intentar aclarar en forma muy simple el meollo del asunto.
     Para intentar visualizar su identidad, los humanos deberían en una primera etapa reconocer los principales parámetros de su especie. Una vez que han tomado conciencia de la especie a la que pertenecen, deberían implementar una segunda etapa de conciencia para aproximarse así a características propias más personales. Por ello habría que reconocer dos tipos de contextos identitarios: un contexto de identificación general, que define la especie animal a la que se pertenece; y un contexto de identificación particular, que precisa las características sobresalientes de un sujeto determinado.
     A continuación se exponen algunas respuestas verosímiles a la pregunta «¿Quién eres?», en los citados contextos.

CONTEXTO DE IDENTIFICACIÓN GENERAL
 ¿Quién eres?
 Soy alguien que, al igual que la gran mayoría de los individuos de su especie, no tiene conciencia grupal.
 Soy un individuo aterrorizado que pertenece a una especie depredadora que desde hace algunos de siglos se ha transformado en plaga.
 Soy una persona que refleja la estadística media de una especie cruel y violenta que se dedica a hacer estragos en su hábitat natural.
 Soy alguien que, a diferencia de las aves migratorias, las mariposas Monarca, las hormigas o los pingüinos, ha perdido la capacidad de pensarse a sí mismo como especie biológica, asegurándose así un futuro incierto y trágico.
 Soy un sujeto absolutamente irresponsable, que jamás mide el impacto real de sus acciones.
 Soy una persona fetichista, que rige todos sus actos (éticos y estéticos) en función de un conjunto de supercherías y creencias delirantes.
 Soy alguien que, a pesar de haber completado estudios terciarios y leer buena literatura, es profundamente ignorante, porque no logra superar el miedo a la muerte ni disfruta el aire fresco de una mañana cualquiera.
 Soy una persona que conoce perfectamente el patético estado de las sociedades modernas, pero que no tiene el valor de hacer nada para generar un cambio.
 Soy un individuo que no entiende nada de lo que ocurre a su alrededor, portador de una contundente torpeza para vivir, con grandes limitaciones para sentir placer, y que a pesar de todo se cree alguien especial.
 Soy algo muy poco especial y corrupto que se siente único e inmaculado.
 Soy una vulgar bolsa de carne que contiene huesos y agua, y que comete el error de considerase un ente exclusivo en el infinito del universo.
 Soy una persona haragana, egoísta y sin ideas, que disfruta de los placeres de la vida gracias al trabajo de los demás.
 Soy alguien que sabe disimular muy bien su profundo odio por las personas de raza negra y su desprecio por los débiles, enfermos, pobres, y homosexuales.
 
CONTEXTO DE IDENTIFICACIÓN PARTICULAR
     Generalmente la gente se define a sí misma enumerando sus principales virtudes o logros sociales, y ocultando celosamente todo aquello que puede ser mal visto a escala social. De esta manera se puede apreciar que un humano sin conciencia del yo confunde la identidad con el marketing, en una suerte de capitalismo psíquico o espiritual. Por eso, una aproximación verosímil a la propia identidad debería estar compuesta por una descripción más completa, que refleje al menos un mínimo de realidad.
     Veamos dos ejemplos:
¿Quién eres?
Ejemplo en sujeto masculino
Respuesta sin conciencia del yo:
 Soy periodista y escritor. Nací en Catalunya y tengo 35 años. Trabajo como freelance en distintos medios nacionales y soy autor del libro Masonería y crisis financiera. Vivo en pleno centro de Barcelona.
Respuesta verosímil:
 Mi hobby es la escritura, y aspiro a poder ganar la atención de algún periódico local. Nací en Catalunya, tengo 35 años y me mantengo económicamente con una mensualidad que me depositan mensualmente mis padres. He colaborado con varias notas en la revista mensual de 24 páginas que edita un grupo de jóvenes en la biblioteca pública de mi barrio. Escribí un texto de 34 páginas titulado Masonería y crisis financiera, donde expongo la responsabilidad que tienen los Illuminati y sus contactos extraterrestres en la actual crisis económica que asola al mundo. Hice 23 fotocopias del texto, lo grapé y lo repartí entre mis amigos, ya que no pude vender ni uno. Vivo en un piso de 20 metros cuadrados sin célula de habitabilidad, en una callecita del Raval, en Barcelona. Aunque el tamaño de mi pene es muy pequeño, las novias que he tenido siempre han elogiado mi buena disposición para hacerles cunnilingus. Me encanta desayunar café con leche con ensaimadas.
 
Ejemplo en sujeto femenino
Respuesta sin conciencia del yo:
 Soy psicóloga. He realizado varios cursos de postgrado en EEUU y trabajo como consultora en recursos humanos para una importante empresa multinacional. Estoy casada y tengo un hijo.
Respuesta verosímil:
 Pagué todas las cuotas en una universidad privada de psicología y obtuve el título de licenciada. También he abonado varios cursos de postgrado en EEUU y trabajo engañando asalariados en una empresa corrupta que evade impuestos y que lava dinero. Estoy casada con un perdedor de vientre generoso y tengo un hijo que no deseé. Soy muy insegura y desde pequeña tengo fantasías sexuales con mi padre, lo que me genera una fuerte angustia. Creo que es esa angustia la que me empuja a serle infiel a mi marido con el primero que se me cruza. Y creo eso porque el sexo no me motiva el placer, ya que soy frígida. Me gusta andar en bicicleta y juego bastante bien al paddle.

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     Conclusión
     Si un humano se enfrenta a un espejo y trata de ser sincero consigo mismo, implementando la estructura de los ejemplos anteriormente expuestos, tendrá la posibilidad de realizar un importante avance en el camino del autoconocimiento. Y si no se suicida ni se deprime al descubrir su patetismo interno, se le abrirá un nuevo mundo ante sus ojos.

   
Un servidor...
Gato Teo
(gatoteo@gmail.com)

Foto: L.R.

El arte inclasificable de Angel Di Stefano

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Angel Di Stefano
1- INTRODUCCIÓN

La semana pasada estaba aburrido y decidí materializarme en la realidad ordinaria. Los que me siguen saben que me morí en diciembre del 2013 y que en el Mas Allá no me facilitaron la documentación necesaria para viajar al Mas Allá del Más Allá, por lo que quedé indocumentado. O sea que para un habitante de la realidad ordinaria soy algo así como el alma en pena de un gato sin papeles. Lo que no es exacto ni deja de serlo. Humm... es que clasificar un estado existencial siempre resulta ambiguo, cuando no estúpido.

He estado pensando en muchas cosas estas eternidades (una vez que falleces ya no puedes hablar ni de días ni de noches), y es probable que comience a abordar las paradojas del lenguaje con más frecuencia. Mi tesis particularista es que el lenguaje humano se podría reducir sin problemas a la onomatopeya, ya que nadie se escucha. La comunicación humana es eficiente sólo para expresar necesidades primarias (comer, excretar y copular) y algunas catarsis (amenazas o risas); lo demás es pura literatura de ficción. En realidad no hay mucha diferencia entre la comunicación de los humanos y la de los cangrejos o los osos. Bueno, la diferencia sería, precisamente, la literatura de ficción, que teniendo en cuenta la cantidad de porquerías que se editan últimamente tampoco genera demasiado entusiasmo. Pero en estos temas me explayaré en otras ocasiones.

Como les decía, me materialicé en la realidad ordinaria, y fui a visitar a Tobías, un gato amigo del barrio gótico de Barcelona.

Le explicaba a Tobías mi idea de que lo original se caracteriza por no ser suceptible a clasificaciones, y nos asombrábamos de lo «clasificados» que se encuentran los Homo sapiens en estas épocas, cuando de pronto me dijo:

—  Por suerte siempre existen excepciones...

—  ¿Excepciones humanas? –pregunté con un tono incrédulo.

—  Por supuesto, Teo, no te pongas tan escéptico con los humanos...

—  ¿Conoces a algún humano que no sea fácilmente clasificable?

—  Bueno... a ver... ahora mismo me viene a la cabeza un hombre que vive en Capins, cerca de Sant Celoni. Es muy respetado por todos los gatos de los alrededores del Montseny. De él se dicen muchas cosas... Por ejemplo, el gato Ramses, que vive en Santa María de Palautordera, dice que este humano vive muy cómodo en una realidad mental paralela, y que sólo interactúa en la vida ordinaria para desarrollar algunas rutinas mundanas. Susurrito, la gata negra de Gualba, me dijo una vez que este hombre crea extraños autómatas y que modela sonidos de todo tipo. Y según mi hermano Urko, que desde hace años vive en la zona de Les Esplanes, nadie ha logrado clasificarlo.

—  ¿Sabes su nombre?

—  Creo que se llama Angel Di Stefano...

Tobías, sin saberlo, había reactivado mi espíritu periodístico. Inmediatamente me puse a investigar sobre la identidad del tal Angel. Necesitaba saber si realmente era un «inclasificado». 

Desde mi perspectiva felina, el verdadero conocimiento sobrevive al margen de las clasificaciones o definiciones. Definir algo equivale a congelarlo, a arrebatarle su libertad de mutación. Definir también supone la acción de extirpar sorpresas. Por ello los humanos temerosos o conservadores son tan proclives a definir o clasificar todo, porque el conocimiento, los movimientos y las sorpresas les producen pánico. 

Si ese Angel no era clasificable, seguro que podría aprender muchas cosas valiosas de él.


Homero y Angel Di Stefano tocando una aria en el Contracaqui
2- PRESENTACIÓN



Mis primeras pesquisas me indicaron que se trataba de algo parecido a un músico argentino, pero otras fuentes me aseguraron que era un luthier chileno. Finalmente conseguí su dirección y llegué a la puerta de su casa el sábado a la mañana. Toqué timbre.

Me atendió un hombre muy amable y de pocas palabras. Era el mismísimo Angel Di Stefano. Me presenté, hablamos un momento y le expliqué mis deseos de entrevistarlo.

— A ver si entiendo... –dijo Angel frotándose la barbilla–. Eres un gato anarquista que habla, que murió hace dos meses, que tiene un blog, y que quiere hacerme una entrevista... ¿es correcto? 

— Sí, sí... Correcto. 

— Ok. Ningún problema... Adelante y bienvenido.

Le comenté a Angel que me interesaba saber lo que hacía, y sin decir nada me llevó al patio de su casa. Lo que ví es bastante difícil de explicar, pero lo intentaré: 

- Un casco de moto con una estructura metálica adosada en su parte superior (presumiblemente el fragmento de un tendedero de ropa) que se tocaba con un arco de contrabajo. 

- Un conjunto de botellas de cerveza, colgadas con cadenas en una especie de herradura, que sonaban ante el impacto del chorro de agua emitido desde una manguera con un compresor.

- Un «Contracaqui», que sería algo así como el punto intermedio entre un contrabajo y un árbol de caqui (Diospyros kaki).

- Un largo tubo de PVC con agua que, al colocar cada extremo en los oídos a modo de auricular y hacer un balanceo de cintura, genera un sonido estéreo envolvente.

- Y muchas cosas más: Cacerolas bongó, perchas de madera con lata de café oscilante, llantas de bicicletas amplificadas por lámparas, ruedas, botellas, cafeteras, cucharas, maderas, plantas, resortes, tornillos, plásticos, puertas y un largo etc.



Casco sonoro en Do mayor

Lo descripto anteriormente pertenece a uno de sus espacios permanentes de exposición, el llamado «Jardín sonoro» o «Instalación sonora en permanente intervención», un lugar que se desactualiza diariamente, ya que «cada día cambiamos alguna cosa, sacamos, ponemos, cambiamos de lugar. Esto sin contar el trabajo de la luz, la lluvia, el viento o el gato.»

La emoción me erizó el ectoplasma.

Hasta me dieron ganas de resucitar...

Angel y su Sopapófono

Luego Angel me llevó a su taller.
Todo lo visto en el «Jardín sonoro» quedaba corto al visitar su taller-estudio. Complejas máquinas con engranajes de madera y elementos metálicos vibratorios, un laud-casco surrealista (con un sonido excelente), guitarras increíbles, un «sopapófono» de concierto (ver foto), un títere de alambre con sombra bailarina («Cabaret»), el «Correcaminos» o la máquina sonora que utiliza las patas de un sillón y una mesada...
A pesar de lo divertidos que pueden ser los «objetos-instrumentos-esculturas» de Angel, hay que saber mucho para poder idearlos.

Un poco mareado por tanta motivación creativa, le propuse a Angel sentarnos un rato y pasar a la teoría.



3- ENTREVISTA


— Ángel, ¿qué eres? ¿músico, escultor, artista, luthier o inventor?

— No sé muy bien... Es que cada vez se van diluyendo más los límites.


— ¿De dónde vienes?

— Nací en San rafael (Mendoza, Argentina). Empecé tocando la flauta en Mendoza, pero en los años ‘80 me fui a Buenos Aires y me maté estudiando música. Hacía las tres carreras de la Escuela de Música Popular de Avellaneda, y cuando no estudiaba salía a tocar. Con un amigo guitarrista nos montamos una empresa de acompañamiento musical y andábamos siguiendo a cualquiera que tocara por ahí para acompañarlo. Era interesante, porque cuando nos encontrábamos con alguien para acompañar no teníamos ni idea de qué tocaba hasta que lo teníamos encima. Entonces había que tratar de pillar lo más rápido posible de qué iba la cosa. Los resultados eran realmente curiosos... Con mi amigo nos pusimos a estudiar de todo, folclore, jazz, y estábamos muy dispuestos a experimentar. 

También hacía instrumentos barrocos. Me puse a investigar y pasé varios años haciendo flautas barrocas. Me las encargaban y salían muy bien.



Interpretación del Canon de Pachabel en guitarra de dos cuerdas

— ¿En tu familia había músicos?

— No. Mi viejo era mecánico dental e inventor, y tenía un taller muy completo que había montado a lo largo de los años. Creó una infraestructura grande... Atrás del taller tenía un desarmadero de cosas. Por eso en el fondo de mi casa siempre me encontraba con máquinas fantásticas.

Mi viejo siempre estaba pensando en hacer negocios con los inventos, y se empecinaba en hacer cosas útiles. Recuerdo que una vez aparecieron en San Rafael unos ingenieros agrónomos suizos que tenían un laboratorio de pesticidas y le encargaron la construcción de «una máquina de contar arañas». Al principio mi viejo pensó que era una broma, pero la cosa iba en serio. Los suizos necesitaban hacer un senso de arañas, para calcular con exactitud los volúmenes de veneno que hacían falta para controlarlas. Querían un aparato mecánico. Hay que tener en cuenta que la tecnología de esa época era muy distinta. El pedido tenía una lógica, pero si lo sacabas de contexto sonaba muy raro... Sé que habían fotos de esa máquina, y me gustaría mucho encontrarlas. Mi viejo era buen fotógrafo...

          —  Has heredado la vocación de inventor de tu padre...
— No sé... Es que el inventor persigue un fin, es utilitario, busca una funcionalidad, y en cambio yo no estoy tratando de hacer nada útil. No me interesa hacer un aparato que sirva para algo. Puede ser que algún cacharro que haga después dispare otra historia, pero en principio no busco nada funcional. 

— ¿Se podría decir que eres un luthier de instrumentos insólitos?

— No, no quiero ser raro... lo que pasa es que los límites de las cosas muchas veces son imprecisos...


— Entonces ¿qué es lo que haces?

— Experimentación sonora con espíritu lúdico.



Instrumento polifónico
— ¿Seguís tocando música?

— Sí, pero ahora voy más por esto de la experimentación. Me meto en la cosa generativa de un instrumento, en su mecanismo, y luego la idea de la experimentación me da permiso para hacer lo que se me ocurra.

Yo supongo que hago las boludeces que me quedé con ganas de hacer de crío... Siempre he tenido taller, me he criado en un taller, antes que las flautas conocí los tornos y las fresadoras.

— Cuando abordas una «obra», ¿qué te moviliza primero?, ¿la búsqueda de un sonido, de una forma, o ambas cosas?

— Yo me engaño siempre pensando que voy consiguiendo algún sonido. La excusa es hacer algo que suene... y después igual no suena... pero a esa altura ya me importa un carajo que sueno o no.

Al principio me había propuesto un manifiesto para mí solo. Quería respetar todas las ideas emergentes, pensaba seguir a todos los cometas que me pasaran por encima, convencido de que al final todo acabaría en la idea original. Pero descubrí que eso no es así, a veces te vas por las ramas y te vas al carajo. 

En general comienzo algo y cuando le descubro la dificultad o la sorpresa deja de interesarme, lo dejo de lado o paso a prestarle poca atención. Y quizás ni lo termino.

Por ejemplo, comencé a construir muchas zanfonas y siempre terminé haciendo otra boludez. Empezaba con la idea de la manijita, luego hacía rodar un par de cosas, y después se me ocurrían cosas más divertidas que una zanfona, y entonces dejaba la zanfona para la próxima... El mecanismo de la zanfona me encanta, tiene todas las cosas que me gustan juntas, el concepto del instrumento-máquina, la plástica, pero lleva muchísimo trabajo encima.

A veces las ideas pueden venir de cualquier lado. Una vez se me despegó el casco del laúd, justo unos pocos días antes de usarlo para un bolo muy importante que teníamos con un amigo. Pensé que si lo pegaba de nuevo se me volvería a despegar y no sabía muy bien qué hacer. Encendí el televisor y estuve un largo rato viendo TV, aunque en realidad sólo pensaba en cómo arreglar el laúd. De pronto empezó un informativo donde se mostraba a un soldado norteamericano inmovilizando a un prisionero con bridas en las muñecas. Me fui inmediatamente al taller, busqué bridas (que desde ese momento pasé a llamar «cintitas de Guantánamo»), fijé el laúd, y hasta el día de hoy no se ha movido.



Afinando un péndulo
— ¿Con cuáles de las obras te la has pasado mejor?

— Me llevo bien con las máquinas. No me importa si no suenan bien o no, me dejo llevar por lo que voy encontrando en el camino. Con el «Correcaminos» me la pasé muy bien, me costó mucho, me lo curraba pero no lograba ir a ningún lado. También me gustan las estructuras sonoras, donde el tema es prescindir de la cajas de resonancias y concentrar las vibraciones en una masa muy grande, que en general se hace con acero... yo utilizo madera y alambre y funciona bien.

Lo chungo es cuando andás sin planes, que es el equivalente a la página en blanco del escritor. Cuando llego ahí interpreto que es el momento de hacer limpieza u otras cosas que no me gustan, y luego ya en el camino pasará algo. Entonces se me ocurre algo y me enrollo, recurro al estímulo visual, a los trastes y cacharros guardados y a la asociación libre. Es como que hay varias etapas o partes del proceso, hasta que por ahí pongo un palo, hago un agujero, doblo un alambre... y me doy cuenta que lo pillé nuevamente.

Mezclo física, acústica y plástica, a veces me hace gracia la sombra que se refleja entre una ranura y un tornillito y me meto allí. O quizás me cuelgo con una lucecita. Y como el instrumento es mío, yo me hago las reglas, las cumplo o las transgredo como se me da la gana. Y claro que a veces no suena...


— ¿Cómo muestras tus cosas, o cómo lo socializas?

— He tocado en distintos lugares con algunos de mis instrumentos, y también hago docencia y talleres de construcción. Pero lo que más me gusta es montar exposiciones interactivas.


— ¿Qué hace la gente cuando ve tus «instrumentos»?

— Alucina.


Angel y su casco laúd

4- EPÍLOGO


A modo de conclusión, ¿qué era Angel?

¿Músico? No, porque los músicos no se pasan horas instalando engranajes en estructuras de madera.

¿Luthier? No, porque los luthiers son previsibles y se obsesionan con el sonido de sus instrumentos.

¿Escultor? No, porque los escultores no se aferran a la excusa del sonido.

¿Inventor? No, porque los inventores buscar crear objetos útiles y funcionales.

¿La reencarnación de Leonardo Da Vinci? No, por una cuestión de egos y levedad.

¿Artista plástico? No, porque no le gusta «tener que moverse en el mercado del arte y en todo el rollete mentiroso que hay ahí.»

¿Un ángel? Definitivamente no, por simple tautología. Y también por más cosas.


Si no era nada de lo descrito, entonces ¿qué era Angel? 

Indudablemente un artista «inclasificable». O un «inclasificado».

¡Tobías tenía razón!




Gato Teo
(gatoteo@gmail.com)

Su blog:




La pirámide humana

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"De lejos, dicen que se ve más claro, que no es igual quién anda y quién camina" decía Joan Manuel Serrat en una de sus canciones (Soneto a mamá, 1974). Y es cierto. Ahora, a la distancia, veo todo lo que sucede en el mundo de los vivos con mucha claridad (1). Y lo que veo es concreto: la plaga Homo sapiens está a punto de cargarse todo.
¿Por qué se ha llegado a ese punto? Muy sencillo. Los humanos son la especie depredadora más agresiva del planeta. Son colonizadores natos y desde siempre han intentado ser los dueños del mundo. Y bueno... lo han logrado. Hacia fines de la Edad Media su población comenzó a incrementarse en forma alarmante (2), y luego, gracias a los descubrimientos tecnológicos, lograron un poder casi absoluto sobre la llamada "naturaleza".
Fieles a su esencia, utilizaron la tecnología para colonizar al prójimo, pero se les fue la mano en todo. Stephen Hawking, el Einstein moderno, dice que a La Tierra no le queda mucho más de un siglo de vida, y que "si el ser humano tiene un futuro, éste está en las estrellas".
Esa es la mala noticia. La buena es que de este lado de la materia la cosa no está tan mal: no hay Dios (eso de Dios es una leyenda urbana de los mortales humanos), y resulta muy divertido fluir por el Cosmos.
¿Cómo se entiende el fenómeno (3) humano? También es muy sencillo. La población humana es una pirámide monumental y perfecta. En la punta de la pirámide están unos psicópatas subnormales (4) de una crueldad extrema, y en la base hay millones de pobres infelices que valen mucho menos que el estiércol bovino (muy requerido para fertilizar huertos). De la mitad de la pirámide para abajo, todos son idiotas útiles, ya que si no fuese así tendrían una mínima conciencia de la injusticia a la que están sometidos y se asociarían para eliminar sin ningún tipo de problemas (5) a los hijos de puta de la parte superior de la pirámide. Y de la mitad de la pirámide para arriba, todos son cómplices directos de innumerables genocidios y de la globalización de la estupidez. ¿Se entiende? O sea, propongo algo así como una explicación marxista donde no se subestime a los de arriba ni se idealice a los de abajo.
Sí, sí, ya lo sé... con esto me puedo ganar enemigos de todo tipo, de derecha a izquierda, pero no me preocupo porque las almas en pena gozamos de impunidad. Además, si todavía siento algún compromiso social es con los gatos, no con los bípedos decadentes. También sé que al decir estas cosas soy injusto con la única parte sana de la humanidad, aquella que sí se rebela y se juega las tripas para equilibrar los equilibrios. Pero entiéndase que yo era gato (6), y con los humanos higiénicos no alcanza para purgar la especie.
Entonces... retomando la reflexión sobre el origen del mal, no hay duda de que una pirámide tan delirante como la que nuclea a los predatores humanos sólo (7) se explica a través de la implantación masiva de una serie de supuestos falsos, como lo son los paradigmas educativos, clínicos, jurídicos, religiosos, sexuales, culturales o económicos (por nombrar sólo los más impactantes) con que se formatean a los bebés apenas pierden su dependencia del cordón umbilical. Y mientras más competentes son esos falsos paradigmas, más fóbica y alienada resulta la población humana.
En definitiva, la eficiencia de la pirámide se afirma en la instauración general del miedo.
Y se sabe que el miedo es una libido mal digerida.
Así están los vivos...

Gato Teo
(gatoteo@gmail.com)




(1) - Quienes entran al blog por primera vez, deben saber que me morí en diciembre de 2013. Pero como cuando era mortal hablaba con los humanos, no me dieron los papeles para superar el "Más Allá", por lo que me he quedado indocumentado a la espera de novedades. Para mayor información, pueden leer los post anteriores.
(2) - Además de su vocación colonizadora, los humanos entran en celo en la pubertad y a partir de allí sólo piensan de copular (y comer) hasta que se mueren. Por lo tanto, y al no tener enemigos naturales, se reproducen sin paz y generan sobrepoblaciones.
(3) - En este caso, la palabra fenómeno está utilizada como eufemismo de "aborto de la naturaleza".
(4) - Seres muy enfermos, con síntomas vitales disminuídos y compulsiones tanáticas exacerbadas.
(5) - Piense el lector la abrumadora superioridad numérica de los pobres infelices. Aunque los psicópatas subnormales tengan el poder de la tecnología, no podrían continuar su pornográfica tiranía sin contar con la pasividad acrítica de la masa. 
(6) - Defiendo a mis ex-congéneres. Que no se pretenda que yo tenga que justificar a los "buenos de los malos". Desde el "Más Allá" no tiene mucho sentido la corrección política.
(7) - Sí, le pongo tilde o acento a "sólo" porque no le otorgo legitimidad a los miembros de la Real Academia Española (RAE), que aparte de pertenecer a la parte superior de la pirámide son unos conservadores de pacotilla que a veces quieren aparentar un progresismo lingüístico inverosímil.

Las desventuras de Penito

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Penito, "El consolador Errante", oteando el horizonte mediterráneo
Introducción

En 1882 Carlo Lorenzini (Florencia 1826-1890) publicó en un periódico italiano Le avventure di Pinocchio bajo el seudónimo de Carlo Collodi. Su historia trataba de una marioneta de madera que cobraba vida en el taller de su creador, el carpintero Geppetto.
Pinocho, como se lo tradujo en el mundo de habla hispana, quedó deambulando en el cruel mundo de los humanos y protagonizó numerosas aventuras. El muñeco-marioneta-niño tenía la particularidad de que cuando mentía le crecía la nariz:
Ilustración original de Pinocho por Enrico Mazzanti
"Las mentiras, hijo mio, se conocen en seguida, porque las hay de dos clases: las mentiras que tienen las piernas cortas, y las que tienen la nariz larga. Las tuyas, por lo visto, son de las que tienen la nariz larga.", le decía Geppetto en el Capítulo XVII.
Al margen de la enorme popularidad que tomó la figura de Pinocho a lo largo de más de cien años, voy a revelarle a los respetados lectores del blog un secreto que muy pocos conocen: Lorenzini era un alquimista erudito y Pinocho fue real. Yo siempre lo sospeché, y ahora que soy un gato no-vivo he podido consultar los archivos akásicos y he logrado comprobar lo que les estoy contando.
La manifestación de los objetos que cobran vida es muy común en la vida cotidiana, pero la ignorancia metafísica de los humanos configura una suerte de firewall al fenómeno.
En esta ocasión, les voy a contar el caso de Penito, un dildo (consolador) que recibió la gracia de la vida y, al igual que el protagonista de Easy rider (Denis Hooper, 1969), decidió buscar su destino en la aridez de la realidad.


Los orígenes

Penito llegó a las "manos" de quien era mi socio en vida, el ecléctico, diletante y procastinado Alejandro Crimi. El calvo mendocino, un día compró la revista Sexologies y comprobó con sorpresa que la publicación traía un dildo de caucho de regalo. Pensó en el libro El manifiesto contrasexual de Beatriz Preciado, donde hay una exaltada reivindicación de los dildos, pero su vainillismo coyuntural le impidió darle el uso al que estaba predestinado el falo artificial. La falta de apertura ideológica de su ano impulsó a Alejandro a esconder el dildo en un oscuro cajón, lejos de la vista de su amada esposa, demostrando así unos celos patológicos e incomprensibles. El dildo de caucho permaneció oculto largos meses en el citado cajón hasta que una epifanía misteriosa lo convirtió en Penito, "el consolador errante".

Cuando Penito salió del cajón donde estuvo retenido, se encontró con un panorama desolador: un mundo formateado a la medida de la obviedad de los humanos. ¿Qué podía hacer un simple dildo en una sociedad caníbal, donde convivía un recalcitrante machismo con el liberalismo queer? Por suerte estaba yo, que en ese entonces aún vivía.

Recuerdo que cuando salió del cajón lo vi tan desconcertado, que me acerqué y le ofrecí amistad:

—  Hola amigo, soy Teo. Pareces preocupado... ¿quieres charlar un rato?
—  Hola Teo... bueno, no sé qué pensar de todo esto...
—  Tranquilo... ¿cuál es tu preocupación?
—  Bueno... no me gustaría quedar supeditado al primer culo que me requiera. Y tampoco me veo feliz en bocas o vaginas....
—  ¿Y entonces qué te gustaría? –le pregunté algo intrigado.
—  Y... no sé... me gustaría viajar, y descubrirme a mí mismo. Experimentar mi Ser-Para-Sí sartreano y comprometerme en el mundo de las ideas.
—  Bien, me parece legítimo que no quieras aceder a bocas, vaginas o culos, pero debes aceptar que eres un dildo...
No logré terminar lo que quería comunicar: Penito adoptó un aire victimista y salió reptando hacia la calle al grito de: "Soy libre. Tengo derecho a buscar mi destino".

Penito regresó a los tres días, un poco sucio y cansado. Por discresión no le pregunté dónde había estado. Le dije que Alejandro no había notado su ausencia y que yo le había limpiado su cajón. Me miró con agradecimiento y se fue a descansar. A partir de ese momento fuimos grandes amigos.

A continuación les muestro algunas de sus fotos, que inmortalizan momentos entrañables a la vez que ilustran una búsqueda existencial desgarradora.

Penito disimulando su naturaleza cognitiva
Penito en la playa, rodeado de conchas
Penito en el baño de un avión croata, rumbo a Zagreb
Penito viaja con su amigo "Gauchito Gil" a Collioure (Francia),
a visitar la tumba de Antonio Machado.
A la derecha, los amigos descansan
en la cama del hotel Triton.
Penito intentando echar raíces en el
eixample barcelonés
Penito tomando cerveza en un bar
del barrio gótico de Barcelona,
triste y solitario


Continuará...

Gato Teo
(gatoteo@gmail.com)

La primera y la última foto del presente post pertenecen al fotógrafo Ronald Stallard, profesional con quien estamos negociando la entrega de numerosos registros inéditos de nuestro héroe de caucho.
   

Adicciones

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PAROLES, PAROLES

Uno de los factores que hacen del Homo sapiens la especie más predatora del planeta es su apasionada obsesión colonialista. Los humanos se pasan la vida intentando colonizar a sus semejantes y a sus no semejantes. Y para justificar su particular instinto, elaboran unas complejas trampas que insertan en el lenguaje. Así, en su afán de controlar y dominar todo lo que lo rodea, el ser humano selecciona cuidadosamente conjuntos de palabras, las secuestra, las desvirtúa y posteriormente las ultrapolitiza. De esa manera logra una alta eficiencia en el arte de la manipulación, y ordena las variables psíquicas de su falsa conciencia.

Las palabras que los humanos secuestran, van cambiando según las épocas. Entre las palabras rehenes más conocidas de los últimos siglos se encuentran:

Dios  -  Amor  -  Pueblo  -  Libertad
Moral  -  Derecho  -  Patria

En nombre de estas pobres siete palabras, se han cometido las atrocidades más espeluznantes que se pueda imaginar.

Las siete palabras citadas han sido violadas y torturadas sistemáticamente por distintos grupos de colonialistas. Para ellas no ha habido piedad ni perdón. Nadie sabe en realidad si alguna vez significaron algo concreto o real, pero en la actualidad está claro que son palabras abstractas que no significan nada (1). En su lamentable estado semiótico, estas palabras han servido para implementar genocidios y desvastar territorios, y su ambigüedad conceptual ha protagonizado la médula de las principales proclamas y declamaciones de las civilizaciones conocidas.

Pero es obvio que los colonialistas bípedos no se conforman con la vejación de estas siete palabras. Sus ansias de destrucción requieren de la implementación de una ingeniería de despersonalización semántica que involucra a numerosas palabras de perfil más bajo que las nombradas anteriormente. Se trata de palabras que no suelen despertar sospechas, palabras humildes que pueden pasar desapercibidas, palabras a las que nadie revisa en los controles de aduana. Palabras "mulas" (2), que llevan en su interior el virus de la manipulación.

Una palabra "mula" de altísima sofisticación es "adicción".




ADICCIÓN

La Real Academia Española, también llamada por nosotros los gatos como "El Vaticano de las Letras", define a la palabra adicción de la siguiente manera:

adicción.

(Del lat. addictĭo, -ōnis).

1. f. Hábito de quien se deja dominar por el uso de alguna o algunas drogas tóxicas, o por la afición desmedida a ciertos juegos.

2. f. desus. Asignación, entrega, adhesión.



O sea, antes de ser secuestrada por la intelligentsia colonialista (3), la palabra "adicción" hacía referencia a "asignación", y luego de su reprogramación semántica hace referencia a... ¿el hábito de personas dominadas por drogas tóxicas o juegos?
La modernidad muchas veces llega al lenguaje con carne podrida...

Cualquier científico o estudioso sabe perfectamente que la toxicidad de cualquier sustancia depende de la dosis de su consumo. El pollo no es tóxico, pero si uno se como tres pollos tendrá un efecto perjudicial sobre su salud. Pero el pollo no es una droga. Lo mismo sucede con el vino, las alcachofas, el perejil o el solomillo de cerdo. Pero si un pollo no es una droga, ni domina a nadie ¿qué es una droga?

Pues "droga" se define como cualquier cosa que produzca "efectos en el sistema nervioso central modificando el estado de ánimo o produciendo placer, y que puede tener potencial de abuso y perjuicio".

¿Potencial de abuso?

A ver... si una persona tiene sed bebe agua, ¿no?. Eso le genera un efecto tranquilizante en el sistema nervisos central y le produce placer ¿sí?. Pero si esa persona se toma 23 litros o se ahoga va a tener un problema de salud (4). Entonces... ¿El agua es droga? ¿dónde está el problema, en la conducta de esa persona o en las propiedades "tóxicas" del agua?

Nada tiene en sí mismo un determinado potencial de abuso. Sin embargo es muy frecuente que personas con problemas agudos o transtornos psíquicos tiendan a presentar una tendencia a abusar de algo, como forma de compensación de sus conflictos.

En definitiva, el mal uso o abuso de algo supone un problema interno del consumidor (como emergente de su contexto familiar y social), y la toxicidad del agua es tan relativa como la de la marihuana

¿Entonces qué es droga?

Todo; o lo que es lo mismo: nada.
Simplemente otra palabra "mula".


Alrededor de la droga hay ignorancia (5), personas que no encuentran "su lugar en el mundo", víctimas de maltrato, gente abandonada (6) y confundida, humanoides despreciables que se aprovechan de la debilidad ajena, insensibilidad social y desidia institucional.

La droga es un tema político, tan político como la adicción.




Volviendo a "adicción", y habiendo comprobado la falta de precisión de la DRAE, que incluso involucra a los "juegos" sin especificar nada (¿el ajedrez es nocivo a la salud?, ¿y la rayuela?), debemos entender que se trata de una palabra "mula" necesaria para inventar el demonio de la droga y estigmatizar a un sector de la población que no resulta muy funcional al sistema, ya sea porque tiene problemas psicológicos o porque busca el placer (7).

En este punto los profesionales de la salud sostienen que "las adicciones modernas implican conductas y no sustancias". Lo curioso es que reconocido eso no se inicien los mecanismos pertinentes para despenalizar a las numerosas sustancias afectadas a procesos judiciales (8). Por otro lado, el establishment médico se desmarca de la definición de la DRAE y habla de adicción como "una enfermedad primaria, que afecta al cerebro." De ahí que el adicto sea un enfermo.
Y eso sí que es cierto: los adictos son enfermos. Padecen de "olvido social" (9).


Nosotros los gatos, sostenemos que las personas que tienen problemas con determinadas sustancias no tienen que ser encarceladas o multadas, sino que deben ser protegidas y tratadas clínicamente, en un contexto de respeto y contención real. Sería estúpido e irresponsable negar el problema de la adicción, pero también es estúpido buscar los chivos expiatorios en plantitas o "amistades peligrosas".

El miedo inducido desde el Estado genera en los padres un intenso temor a que sus hijos "caigan" en las garras de las drogas y en el infierno de la adicción. Pero el principal riesgo de las adicciones muchas veces se desarrolla en el propio seno familiar: padres que no saben escuchar ni logran entender las necesidades de sus hijos, problemas de comunicación, falsa moral, imposiciones autoritarias, transmisión de frustraciones y un largo etc.



La fórmula de las adicciones se podría resumir de la siguiente manera:

1- Sociedad gobernada por la dictadura del empresariado + Educación utilitarista + Padres que creen saberlo todo + Falta de placer y realización personal = Hijos frágiles y mal contenidos.

2- Hijos frágiles, consumistas, castrados o mal contenidos = Predisposición alta a las adicciones.




No hay indicios de problemas de adicción en la antigüedad. La adicción es una "nueva enfermedad" originada en las postrimerías de la Revolución Industrial como producto de la incorporación cultural del consumismo obsesivo en todos sus niveles. La adicción es una manifestación del capitalismo moderno, no se puede entender fuera de él.

Decenas de personas pierden la vida todos los meses en España por accidentes automovilísticos, y no se conoce ni un caso de muerte por inhalación de Cannabis sativa. Sin embargo no se prohiben la venta de los automóviles y sí la de marihuana. En las familias, en las calles o en las oficinas, es común observar a cientos de personas que tienen como único sentido de vida la acumulación de dinero; personas que no dudarían ni un segundo en vender a sus madres o traicionar a sus amigos por un puñado de euros; personas que tienen una conducta obsesivo-compulsiva con el lucro. Pero nadie dirá que esas personas sufren de adicción, nadie pensará que son "adictas al dinero" o "adictas al lucro".
El dinero no es tóxico, es Dios.

La mayoría de los empresarios son verdaderos yonkis, pero nadie los encarcela ni apalea. Ellos gobiernan, roban, estafan, corrompen y degradan, pero la opinión pública los admira. Incluso la gran mayoría de los padres que pululan por el mundo se sentirían felices si sus hijos lograran convertirse en exitosos empresarios (o sea en enfermos adictos al dinero).
Sí, son los mismos padres que luego se escandalizan porque la hija adolescente se fumó un porro.

La modernidad globalizó la vanalización de los valores. 

Un yonki de heroína está igual de muerto que un maldito empresario. La diferencia está en que el primero dura menos y no jode mucho a los demás, mientras que el segundo es una verdadera lacra social.




DELIRIO BIZARRO

Dejando atrás el intento de "deconstrucción" de la palabra adicción, resulta interesante visualizar no sólo su éxito como vocablo "mula" sino su fama alcanzada.

Durante las últimas décadas, las escuelas de psicología han evolucionado sus contenidos. Con la excusa de proporcionar una "salida laboral" a sus estudiantes, los contenidos curriculares de las carreras de psicología se orientaron hacia el mundo de la empresa. Así los psicólogos y psicólogas (10) han utilizado su creatividad y sus conocimientos para inventar eufemismos (a los trabajadores o empleados ahora los llaman "recursos humanos" (11), por ejemplo) y para clasificar con nombres estúpidos cualquier cosa que no funcione bien (12). Por esta razón, y para justificar la asistencia académica en charlas y congresos, los licenciados y las licenciadas "psi" se vieron obligados y obligadas a usar el Microsoft Word para componer ponencias y monografías varias. El resultado fueron las gloriosas "nuevas adicciones", que intentan transgredir abiertamente a cualquier forma de inteligencia constituida.

Las llamadas "nuevas adicciones" suponen la absoluta abolición de los contextos.
Es como si se construyera una muralla China entre la historia de la ciencia y el capitalismo bananero actual.
La lumpenpsicología actual entiende que todos los pacientes son unos putos obsesivos compulsos. Entonces según el problema que tengan, le asignan una adicción. Así nacen la adicción al sexo, a la madre, al trabajo, a internet, a los videojuegos, a las compras, a la televisión, al alimento, a las nuevas tecnologías, al deporte, a las redes sociales, al estudio, al ejercicio y a la concha de la lora. Y lo más alucinante es que cobran por sus diagnósticos.

Vygotski, Freud, Jung, Skinner, Piaget, Adler, Pichon-Rivière y Lacan se retuercen en la tumba y se preguntan: ¿en qué nos equivocamos?



Gato Teo
(gatoteo@gmail.com)
Corresponsal Desde el Más Allá




Notas:

(1) - O quizás las siete signifiquen lo mismo.

(2)  - El nombre "mula" hace referencia a las personas que intentan pasar drogas (escondidas en sobrefondos de maletas, en la ropa o en el intestino) en las aduanas de frontera, generalmente pagadas por narcotraficantes. Otro nombre que se utiliza en España para tal fin es "bolero", por las "bolas" que se tragan y transportan en los intestinos.

(3) - Por "intelligentsia colonialista" me refiero a la pulsión inconciente de los humanos por predar al prójimo.

(4) - Excepto que sea un reptiliano con bránqueas.

(5) - Tanto en consumidores, como en profesionales de la salud o padres que creen en esos profesionales de la salud.

(6) - Abandono económico, físico o afectivo.

(7) - No existe una legislación penal consensuada contra aquel que busca sufrimiento (autoflagelación) o incluso autoeliminación (suicidio), en cambio sí la hay contra quien busca placer (consumo de drogas, sexo de pago, etc.). Algo típico de las sociedades libidofóbicas.

(8) - El surrealismo bizarro de los humanos no tiene límite.

(9) - Las instituciones modernas, gobernadas en su totalidad por criterios empresariales, presentan un excesivo "potencial de abuso y perjuicio" sobre sus contribuyentes.

(10) - Siempre influenciados por los psiquiatras, que representan los verdaderos funcionarios políticos de la salud. La psicología es la hija bastarda de la psiquiatría. Por eso los psiquiatras cobran más y trabajan menos.

(11) - Suena frío, muy frío... Cruel.

(12) - Bueno... para hacer justicia hay que decir que la manía clasificatoria en su versión ridícula tiene origen en la medicina. Recordemos por ejemplo los numerosos e infinitos complejos o síndromes que han utilizado los presuntuosos profesionales de la salud para referenciar determinados conflictos: Complejo de Edipo, Complejo de Electra, Síndrome de Diógenes, Síndrome de Alicia en el País de las Maravillas, Síndrome de Huckleberry Finn, Síndrome de Madame Bovary (o bovarismo)... No sé muy bien qué droga consume esta gente, pero me gustaría probarla.


Recuerdo de Manolo Literal

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     Uno de los humanos más extraños que he conocido en Barcelona es sin duda Manuel Gómez Salerno, a quien sus más íntimos llamaban Manolo Literal.
     A Manolo lo conocí una tarde de primavera en el parque de la Ciudadella. Me lo presentó mi amigo humano Eduardo Ribó Bastian, un intelectual argentino de fuste que al día siguiente daba una conferencia en el Campus de la Ciudadella de la Universitat Pompeu Fabra (Aula 40.213 del edificio Roger de Llúria). Eduardo iba a disertar sobre La ausencia de eufemismos en niños menores de 7 años, y al parecer ese tema entusiasmaba mucho a Manolo.
     Eduardo y Manolo se conocían desde hacía muchos años y compartían la pasión por el conocimiento del lenguaje. Y cada vez que se veían no paraban de hablar sobre retórica, pragmática o análisis del discurso.
      (...)
      El hecho de que los niños no usen ningún tipo de eufemismos para expresarse prueba que la ambigüedad del lenguaje es una perversión construida socialmente –dijo Manolo mientras caminábamos al costado del Parlament de Catalunya.
      Es probable, pero no quiero hacer especulaciones sociológicas. Lo que quiero demostrar es que en esa etapa de la vida, los niños toman tan en serio al lenguaje como a los juegos. Y ésa actitud configura las dimensiones de una experiencia real –comentó Eduardo. Las actividades lúdicas, tienen en los niños, una coherencia existencial muy poco estudiada...
      Bueno... me voy porque llego tarde al veterinario –mentí yo. Es que tengo un dolor en las vías urinarias que me preocupa...
Cuando los humanos comienzan a hablar cosas demasiado abstractas, yo suelo recurrir al viejo truco del veterinario.
     
     A la semana siguiente me encontré a Manolo caminando por el Passeig Colom y, por decir algo, le pregunté cómo había ido la conferencia del Campus. Me contó que Eduardo había estado brillante, y que al final se había generado un diálogo con el público muy interesante.
     Y así, entre casualidades y coincidencias, nos seguimos cruzando en la calle con Manolo hasta hacernos amigos.
     Manolo había nacido en Soria, en 1969, pero desde pequeño vivía en Barcelona. Trabajaba como traductor para un departamento de la Generalitat, y su sueño era tener una librería. Estaba casado con una catalana muy seria, mayor que él, y no tenían hijos. No era un tipo muy simpático, pero me interesaba mucho el entusiasmo que sentía por el lenguaje. Para él las palabras debían tener una coherencia absoluta y no aceptaba que la gente le hablara con falta de precisión. Él, por ejemplo, no creía en los sinónimos. Decía que las palabras habían sido creadas para hacer alusión a cosas o fenómenos muy particulares, y que por lo tanto no se podían utilizar con sentidos diversos. Pensaba que el alcalde era un imbécil, pero no un idiota o un subnormal. Tampoco lo consideraba un estúpido, un babieca, un pelele o un tonto. Era claramente un imbécil. Para Manolo, idiota era el obispo, y «obispo no era sinónimo de alcalde». Subnormal era el jefe de los Mossos d'Esquadra; babieca era la empleada de Telefónica que atendía en la sucursal de Via Laietana y Jaume I, y pelele era el gay que evalúa los pisos en alquiler de la Cambra de la Propietat Urbana. Manolo era así: un ferviente defensor de llamar a las cosas por su nombre y un enemigo acérrimo de los sinónimos.

     Las conversaciones con Manolo siempre eran muy animadas:
      Teo, una cosa es la mentira y otra muy distinta es la inexactitud. La mentira es siempre voluntaria, y por lo tanto ética, en cambio la inexactitud no. La inexactitud tiene que ver con la falta de conocimientos o con carencias interpretativas, o sea con la ignorancia.
      ¿Es exacto entonces si yo digo que los de La Caixa son todos unos gilipollas?
      ¡No puedes decir eso, porque no es así! Algunos sí son gilipollas, pero muchos otros son burócratas. También los hay «culos fruncidos», tarados y estúpidos, pero no me puedes decir que son todos unos gilipollas. Ni siquiera es correcto afirmar que los dirigentes del PP o de CiU sean todos gilipollas...
      ¡¿No?!
      No, para nada... en esos partidos hay muchos corruptos, ladrones, mentirosos y cínicos, además de varios hijos de puta. Pero gilipollas sólo hay un puñado.
      Vaya, me quedo más tranquilo...
      Insisto Teo, no se puede andar por la vida diciendo cualquier cosa. El lenguaje tiene sus propios paradigmas. La palabra «suicida» se creó para aludir a las personas que se quitan la vida; y con la palabra «silla» se hace referencia a un asiento con respaldo, generalmente de cuatro patas, donde cabe una sola persona. Y el lenguaje es eso: una persona que se quita la vida no es una silla.

     No coincidía siempre con las afirmaciones de Manolo, pero su literalidad generalmente me dejaba sin palabras.


... Y el lenguaje es eso: una persona que se quita la vida no es una silla.

     Manolo también era poeta y había publicado un libro muy raro que se llamaba Imágenes y sonidos particulares (publicado por la editorial Sigueleyendo, de Cristina Fallarás), que no terminaba de convencerme. Su obsesión por la precisión en las palabras, a mi entender, le quitaba calor a las composiciones. Y entonces si quería describir una determinada música, escribía sobre «captación de vibraciones». Sus poemas de amor hablaban sólo de «empatía subjetiva», y por color entendía a «la percepción visual que generaba su cerebro al interpretar las señales nerviosas emitidas por los fotorreceptores de la retina de sus ojos cuando reaccionan ante determinadas longitudes de onda del espectro electromagnético». Para mí, su estilo poético pecaba de un exceso de realidad.
     Pero más allá de sus poesías, donde realmente su literalidad generaba conflictos era en el campo de la comunicación. Si alguien a quien no conocía demasiado lo saludaba por la calle y le decía:
     — Hola Manuel, ¿cómo estás?
     Él contestaba:
      Mira, me puedes saludar pero no hace falta que me invadas. No nos conocemos tanto como para que te cuente cómo estoy. Eso es algo que pertenece a mi intimidad.» 
     Y resulta que ese tipo de actitudes comunicativas lo aislaba un poco. Es que aparte de no creer en los sinónimos, Manolo había perdido todas las metáforas.

     Una noche, cuando regresaba con su mujer a su casa del Raval luego de cenar en un restaurant del barrio, un hombre alto lo interceptó y le apuntó a la cabeza con una pistola calibre 38.
      Dame la billetera o disparo le dijo el hombre.
      Ni lo sueñes contestó él.
     Nadie se explicó cómo, siendo él tan literal, esa noche ignoró la literalidad ajena.
     En el funeral, sus conocidos estaban conmocionados por la tragedia e intentaban encontrar un sinónimo para la palabra «muerte».
     No lo lograron.
   
   
Gato Teo
(gatoteo@gmail.com)

Crítica de la razón normal

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Siempre le digo a mis amigos felinos que nunca subestimen el salvajismo de los humanos.
Cuando un humano clasifica algo, en realidad está implementando una condena.
Hasta el más extravagante de los Homo sapiens se maneja con un criterio ético y estético de "normalidad", que supone un conjunto político de inclusiones y exclusiones. O sea, lo supuestamente bueno-sano-lindo se incluye, y lo supuestamente malo-enfermo-feo se excluye. Por supuesto que siempre los criterios de inclusión (privilegios) y exclusión (marginación) los determinan los cretinos malnacidos que clasifican.
Finalmente los incluidos roban, y los policías le pegan a los excluidos.
Eso nunca cambia.

Lalo Ribó (heroico anormal mendocino, buen amigo y psicólogo social, entre otras cosas) puso en su muro de Facebook una imagen con el siguiente diálogo entre un niño y su madre:

- Mami, ¿qué es la normalidad?
- Un escondite lleno de gente muy rara.

Me pareció muy lúcido el diálogo, tanto desde la perspectiva del niño, que no logra entender algo tan retorcido como el concepto de "normalidad", como en la afirmación de la madre, que realiza una síntesis precisa y fenomenal del término.

Pero lo que me resultó más interesante del diálogo es la desmitificación de la palabra.
"Normalidad" supone fascismo, racismo, represión, genocidio, abuso y perversión. Cualquiera que no sea fascista, represor, genocida, abusador o perverso, puede entender esto sin problemas. Los demás seres gatos, humanos no fascistas, loros, cactus, grillos, etc., debemos sentirnos orgullosos en nuestras diferencias, que en definitiva son las que nos otorgan "identidad", que es justamente lo que más desquicia a los normalizadores.
Quienes tenemos conciencia de esta confrontación (identidad vs. normalidad, o si se quiere libertad vs. esclavitud), tenemos la responsabilidad de combatir a las momias vivientes que proclaman  la normalidad y generan patología (pensamiento único, religiones y cualquier otro sistema que encubra el flagrante delito del control del prójimo).
Una forma de comenzar la lucha contra estos malditos fascistas que intentan implementar una dictadura de la normalidad, puede ser la exposición de la propia particularidad como algo natural y legítimo. ¡Hay que salir del armario y plantarles cara a los normalizadores!

El pasado fin de semana, estuve charlando con un humano en el barrio gótico de Barcelona. El tipo no tenía ningún complejo, así que, cuando le pregunté sobre cuál era su particularidad, se largó a charlar sin pelos en la lengua. Fuera del armario, este hombre me pareció un ejemplo de identidad.
A continuación, transcribo parte de sus comentarios:

"Una de mis particularidades más intensas es la necesidad imperiosa de escuchar alguna melodía interpretada por un dan bau vietnamita como preámbulo del acto sexual.
Yo era impotente, o por lo menos eso creía. Durante mucho tiempo realicé diversos tratamientos contra la impotencia sexual sin obtener éxito alguno. Médicos, psicólogos y curanderos me tuvieron como conejillo de indias entre sus manos, sin lograr sacarme ni una gota de esperma. Pero cuando todo parecía perdido, ocurrió el milagro: una cálida tarde de primavera, mientras veía en la TV un documental sobre Vietnam, una melodía melancólica pareció estimular directamente mis volúmenes corporales de serotoninas y feromonas para producirme una descomunal erección. Dirigido por mi instinto atávico comencé a masturbarme, y borbotones de semen transformaron mi confusión en sorpresa.
Había logrado identificar a la música vietnamita como la inductora de mi extraviada libido, pero no sabía nada de música vietnamita, y menos de sus instrumentos tradicionales. Así que, ansioso de un "revival" ereccional me interné en internet y me pasé dos días buscando información sobre música vietnamita. 
Dan moi, o arpa de boca vietnamita
Encontré en Youtube varios videos de músicos vietnamitas tocando el  dan moi, que es el idiófono (lamelófono) tradicional de Vietnam; pero cuando escuchaba sus sonidos, si bien podía detectar cierta sensibilidad en algunos sectores del escroto y en la parte superior de mi glande, no lograba endurecer el miembro viril. Probé con escuchar entonces unas melodías interpretadas en kèn bầu, el famoso instrumento de viento de dobre lengüeta que se toca dominando la respiración circular, pero mi pene no reaccionó. 




Y cuando la añoranza de una nueva erección se convertía en pura ansiedad, ocurrió el milagro: me encontré con un video de Hoang Ngoc Bich, tocando un solo de dan bau en un festival de Vancouver, en 2011. El resultado fue desvastador... 
Hoang Ngoc Bich pasó a ser mi mito erótico, borró de mi imaginario sexual a Bettie Page y Jane Birkin e instaló un paradigma sensual irrevocable en mis fantasías oníricas. Pero pronto descubrí que Hoang Ngoc Bich no era la dueña de mis deseos: con Pham Duc Thanh mi pene se volvía loco de alegría. 
Dan bau
¿Qué me sucedía? A diferencia de Hoang Ngoc Bich, que era una mujer bella e interesante, Pham Duc Thanh era un hombre mayor y distante de mis morbosidades de antaño. 
¿Era yo un bisexual no asumido?
Luego de algunos meses de experimentos erógenos, entendí que el disparador de mis tremendas erecciones no era ni la enigmática Hoang Ngoc Bich ni el serio Pham Duc Thanh, sino el propio dan bau.
¿Qué extraño destino vinculaba mis orgasmos a un monocordio vietnamita?
Buscando relaciones que me ayudaran a resolver los interrogantes que se acumulaban en mi cerebro, pensé que quizás mis ideas políticas tuvieran algo que ver. Siempre he considerado a EEUU como lo más nefasto de esta época. Y cuando el desencanto me invade, pienso en Ho Chi Minh y recupero esperanzas. Vietnam le ganó una guerra a EEUU: eso representó un hecho erótico, una bocanada de aire fresco y un resultado extático. Belleza, justicia y porvenir. Épica existencial en estado puro. No me extrañaría confirmar que Ho Chi Minh en sus ratos libres tocara el dan bau. 
Ho Chi Minh
Entonces pensé... ¿no será que mi libido necesita una relación de vitalidad ideológica para manifestarse y encuentra en Vietnam su epopeya ideal?
Pero... si fuera así, ¿por qué el dan bau y no el dan moi ni el kèn bầu? Los tres instrumentos son vietnamitas, pero sólo el dan bau me produce afrodisia acústica.
Busqué entonces alguna pista en la historia. Los primeros dan baus se fabricaban hace más de mil años con cañas de bambú y varas flexibles de cuernos de búfalo. Los músicos combinaban los armónicos naturales en la única cuerda. Cuenta una leyenda popular, que el primer dan bau sonó en las manos de una mujer ciega, cuyo esposo había marchado a la guerra. La mujer tocaba en el mercado y vivía de la limosna que le daban por digitar el curioso instrumento. Me resultaba muy erótico relacionar al fálico dan bau en la mano de la ciega de la leyenda, como sustituto amoroso de su marido ausente (seguramente muerto en la guerra). 
Pero... ¿cómo se podría relacionar esa historia con los condicionantes de mis erecciones?, ¿sería yo la reencarnación de un soldado vietnamita muerto hace un milenio? ¿de dónde provenían mis referentes?, ¿acaso era real el inconciente colectivo descrito por Jung?
El tiempo pasó, y nunca encontré una respuesta contundente a la relación existente entre el dan bau y mis genitales. Pero eso no me conflictuó. En definitiva había resuelto mi problema más angustiante. El sexo dejó de ser una limitación, para comenzar a ser un compañero de ruta. Eso sí, siempre llevo conmigo un lector de mp3 con una tarjeta SD llena de música interpretada en dan bau: La epifanía del erotismo nunca se anuncia con anticipación."


Kèn bầu
Pham Duc Thanh

El futuro ha muerto

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     Es curioso el funcionamiento de lo que el sociólogo francés Pierre Bourdieu llamó en su momento «campos de legitimación cultural». Porque resulta que a la ciencia ficción se la considera un subgénero literario –con mucho «sub» y poco «género»– que generalmente se encuentra en apartados marginales de librerías bajo un cartelito que dice «Ciencia Ficción», nunca en la sección de «Literatura». Nunca se encuentra una novela de ciencia ficción al lado de una de Paul Auster, por ejemplo, aunque el apellido del autor comience con la letra «A» y sea estadounidense. Pero no vamos a entrar en esa cuestión porque es una discusión muy vieja...
     La cosa es que en el año 1968, el genial escritor Philip K. Dick escribió su novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, obra que el director Ridley Scott adaptó para el cine en 1982 bajo el nombre de Blade Runner. Y en 1984, William Ford Gibson, otro escritor genial –que inventó la palabra «ciberespacio» para hacer referencia a los espacios virtuales originados en las redes informáticas–, publicó su novela Neuromante. Estas dos novelas supieron conjugar de manera brillante una depurada estética literaria con un nivel de reflexión filosófico y político que se adelantó por décadas a los análisis de los catedráticos de las universidades más prestigiosas del planeta. Si bien podemos considerar que no es demasiado mérito superar a las reflexiones de los catedráticos modernos, que todo el mundo sabe que desde fines de los 70 no arriesgan nada y se dedican sólo a cobrar becas y cuidar sus espacios de privilegios en los ámbitos académicos, sí resulta sorprendente observar cómo las citadas obras han acertado en cada uno de los paradigmas planteados en sus páginas.
     Estas obras, junto a muchas más que emergieron a su alrededor (de autores y autoras como Bruce Sterling o Pat Cadigan), configuraron un corpus literario que los editores denominaron «Cyberpunk», término utilizado por primera vez por el escritor Bruce Bethke para titular un cuento suyo.
     A diferencia de la ciencia ficción clásica, el cyberpunk incubó un gérmen libertario que se tradujo en un escepticismo social radical. Los autores del cyberpunk vislumbraron un futuro sin futuro, o sea un futuro construido por el rotundo éxito del capitalismo –oponiéndose así a las predicciones de la izquierda– y sufrido por la inmensa mayoría de sus «espectadores» –oponiéndose así a las predicciones de la derecha–. El cyberpunk hablaba de sociedades sin autonomía política, explotadas despiadadamente por corporaciones multinacionales y empresarios sin escrúpulos (¿los hay con escrúpulos?). Los «cyberhéroes» eran hackers, frágiles y solitarios, que conservaban un criterio de justicia y desafiaban como podían al sistema «democrático» (¿Anonymous?). Estos individuos –verdaderos anarquistas modernos–, obligados a adoptar la clandestinidad como forma de vida, debían eludir como única forma de supervivencia a la violenta y cruel policía del sistema (muy similar en las descripciones a los Mossos d'Esquadra de la Generalitat de Catalunya).
     Los autores del cyberpunk interpretaron al futuro como un habitat de alta tecnología y un bajo nivel de vida, poblado por seres totalmente invadidos y controlados, saturados de publicidad. «Cualquier cosa que se le pueda hacer a una rata se le puede hacer a un humano. Y podemos hacer casi cualquier cosa a las ratas. Es duro pensar en esto, pero es la verdad. Esto no cambiará con cubrirnos los ojos. Esto es cyberpunk», decía Bruce Sterling.
     En el clima post-industrial del cyberpunk de los ‘80 no era posible definir con precisión los géneros y los sexos, y el universo queer y sus prácticas eróticas se hacían presentes con lujo de detalles –dos décadas antes que en el lúcido Manifiesto contra-sexual de Beatriz Preciado–.
     Con elementos técnicos de la novela policial negra y el post-estructuralismo de Foucault y Deleuze (¿intuición?), los escritores del cyberpunk se opusieron al romanticismo y sus utopías, y expresaron su malestar social y cultural posicionándose en contra de la propiedad intelectual y defendiendo la libre circulación de la información y todo lo que garantice los derechos de privacidad de la población.
     El cyberpunk como metáfora de rebelión contra la dictadura del empresariado, y como protesta ante la corrupción de los gobiernos y la vigilancia tecnológica, hoy ha dejado de ser ciencia ficción para pasar a ser actualidad. Hemos llegado finalmente al futuro, y no era como lo planteaba Julio Verne o Asimov. Y lo más inquietante de todo es tomar conciencia de que nunca nos dimos cuenta de que el futuro era un recurso natural: como lo hemos gastado, se ha disuelto y se ha hecho presente. «Si hay un futuro, está en las estrellas» piensa Stephen Hawking.
     Por eso ahora nos encontramos ante un nuevo paradigma: queremos mirar hacia adelante pero la vista se nos va hacia atrás. ¿Qué sucede? Es que ahora la ciencia ficción está en el pasado, no en el futuro como antes. Ahora es ciencia ficción hablar de sociedades con autonomía política y es utópico pensar en almorzar con la familia sin que suene el teléfono para ofrecer alguna promoción patética de Jazztel o Movistar (Telefónica). La fantasía que podemos elaborar hoy en día es un prado con animales salvajes, es imaginar un río no contaminado o un país con diversidad biocultural. Es la nostalgia del Homo unplugged.
     Dios tampoco cuenta en esta historia, porque siempre fue una bomba de humo para distraer a los ingenuos, o una excusa para matar.
     Adelante ya no se ve nada. La ambición de unos pocos hijos de puta y la ignorancia de millones han terminado por destruir nuestro futuro. Los mitos culturales se han disuelto y ahora todos somos queer, aunque la mayoría no lo acepte.
     Sólo nos queda el presente, y hay que cuidarlo porque en él viviremos el resto de nuestras vidas (Facundo Cabral dixit).


A ver... hummm... creo que ha quedado un poco pesimista la nota. Y el pesimismo está muy mal visto en este presente sin futuro. Nadie quiere pesimismo, y menos críticas. Desde la psicología me diagnosticarán depresión, y la totalidad de los seguidores de la new age me esquivarán, porque «la mala onda se contagia» («mala vibra» –por vibración– también se dice, o simplemente «mala energía»). El filósofo español Fernando Savater, si me llega a leer, me querrá vincular a la ETA y pedirá a las autoridades policiales que me detengan. Los estudiantes y graduados en Administración y Dirección de Empresas pondrán la dirección de este blog en los sistemas de filtrado de los navegadores Internet Explorer y Mozilla Firefox, para evitar que sus hijos entren en contacto con los pensamientos oscuros. Los cristianos me desearán el peor de los infiernos, aunque no haya dicho nada del Papa Francisco I. Y ni hablar de lo que me pueden llegar a hacer los entusiastas de la PNL (Programación Neurolingüística) si detectan que no digo algo positivo. Otros también me podrían acusar de apocalíptico o vaya a saber qué mierda... uf!, sí... quizás debería agregar algo positivo. No me quiero quedar tan solo. Ya sé que más vale solo que mal acompañado, pero... A ver qué me sale...


     Bueno, pero no hay mal que por bien no venga. El hecho de que nos hayamos quedado sin futuro no implica que se acaba el mundo (hoy o mañana, por lo menos), y nos ofrece el privilegio de vivir en uno de los momentos históricos más determinantes de la historia: su fin. Pero al contrario de lo planteado en El fin de la historia (1992) de Francis Fukuyama, donde ganaban los buenos, o sea la democracia liberal, en este fin cyberpunk de la historia que planteamos desde el blog ganan los malos, o sea la democracia liberal.
 
Huy, creo que la jodí de nuevo... esto es pesimismo encubierto, a ver si puedo desmarcarme...
   
     Pero gracias a Dios, esa misma ausencia de futuro que nos genera angustia, es la que nos va a posibilitar la verdadera conciencia del presente. Y eso es justo lo que necesitamos: conciencia de sí y conciencia de para sí (ver Hegel), conciencia de clase (ver Marx), y conciencia del otro (ver Bob Esponja). La conciencia de esta nueva realidad que hoy vivimos nos permitirá resistir, y esa resistencia será un Big Bang moderno que depositará en la tierra el germen de un nuevo futuro...
 
— Ludo, ¿queda vino?... ¿No?... Me pasás entonces el ron turbio que compré ayer en el Lidl... Gracias amor.
   
     ... y de ese futurito recién nacido emergerá el flamante hombre nuevo, que...
 
Mejor corto acá y sigo luego, porque ya empezó el partido del Barça contra el Celta de Vigo.

   
Cybercat Teo
(gatoteo@gmail.com)

El limbo de las poesías abortadas

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Esto de haber muerto (1) no está tan mal como podría parecer. No depender del tiempo cronológico es algo fantástico, y no necesitar alimento te quita el hambre. Y aquí no hace falta el sexo: todo es sexo. El Universo cuántico es absolutamente sexual. Los átomos fornican entre sí permanentemente; se enamoran, forman moléculas y entrecruzan sus electrones sin ningún pudor.

Los empresarios, militares y policías que se ven por aquí están todos muertos; al igual que los israelitas y los yankies. Eso es genial porque no hace falta estar siempre a la defensiva y entonces todo es más relajado.

Ahora tomo conciencia de que cuando estaba vivo me la pasaba nervioso, por eso pienso que el mejor remedio para la ansiedad es la muerte.

Un detalle que me fascina de estas dimensiones es la imprevisibilidad de algunos fenómenos. Es algo que garantiza la aparición permanente de sorpresas y misterios, lo que hace la inexistencia más llevadera.

Por ejemplo, la otra vez descubrí una zona con una antigravedad muy curiosa. El lugar atraía –como si fuera un imán– a poesías del mundo de los vivos que nunca llegaron a ser escritas. Estaba lleno de poesías abortadas. Algunas no se terminaron de escribir porque el poeta las censuró, muchas otras porque sus autores no sabían escribir, y algunas porque se perdieron en un cuaderno. A diferencia de lo que sucede con los niños, el aborto de una poesía no desata la ira de los fascistas mesiánicos. Los abortos poéticos se caracterizan por su ingenuidad, y se acumulan –en la zona ésta que les cuento– entre las partículas subatómicas de los lantánidos (2).

Muchos de estos poemas, son francamente difíciles de leer, pero algunos son interesantes. Todos, por supuesto, carecen de las referencias de sus autores (3).

A continuación, les transcribo cinco de los abortos poéticos que encontré.



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Tengo algunos adverbios con gripe,

y varios verbos afiebrados.

Una vocal que no deja de toser,

y todos los adjetivos con catarro.



Es lo que sucede

cuando uno escribe de más.



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Empezar de nuevo

en cada esquina,

en cada amor, 

en cada fracaso.



Empezar de nuevo,

siempre,

sin entender

muy bien por qué.



Empezar de nuevo,

con cansancio,

y obstinación,

desafiando

la eternidad.



Empezar de nuevo,

sin dejar de reconocer

en cada nuevo

escenario

la proximidad

del Fin.



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¿A qué te refieres,

puntualmente,

cuando dices

que la vida

es maravillosa?



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"Ser humano"

o "Estar humano"?

That is the question.



El verbo

suele ser más libre

que el sustantivo...

Pero tú decides.



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Fue muy grato conocerme.

Me habían hablado

mucho de mí,

pero nadie

me había

presentado.



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NOTAS:

(1) Para quienes no lo saben, me morí en diciembre del 2013 y me quedé en el Más Acá del Más Allá porque me faltaban papeles (quedé indocumentado). Para mayor información pueden consultar los posts de diciembre de 2013 y enero de 2014.

(2) No me pregunten por qué. Dejémosle un margen de legitimidad a los misterios del Cosmos.

(3) Eso de los autores solo sirve para el mundo de los vivos. Aquí –en el Más Acá del Más Allá–, no tiene sentido.


Gato Teo
(gatoteo@gmail.com)
Corresponsal Desde el Más Allá
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