Gato Viterbo, erudito gironés |
Ante una abultada concurrencia felina, Viterbo expuso en forma detallada la torpeza que suelen exponer los seres humanos a la hora de razonar cualquier concepto. Viterbo se centró en el tema del género, que ocupa un lugar protagónico en la evolución de las grandes confusiones bípedas. Explicó que desde hace décadas, hombres y mujeres debaten sobre su identidad sin llegar a ningún consenso. Escuchemos algunos de sus conceptos:
".. Desde los filósofos que habitan los oscuros claustros académicos, hasta los personajes de la farándula mediática, todos suelen confundir género con anatomía y cultura con sexualidad. La mayoría de los humanos están convencidos de que el machismo es lo contrario del feminismo y viceversa. Piensan que el género es ajeno a la política y que los genitales deben determinar buena parte del destino de los mortales. Y como siempre, marginan, encarcelan y agreden al que piensa distinto, un tópico común y constante de la conducta humana desde que el Homo sapiens es plaga en el planeta..."
"... Los destellos de lucidez humana, focalizados sobre todo en las ideas de Simone de Beauvoir, Monique Wittig, Michel Foucault o Gilles Deleuze, se ven tapados por la escoria teórica que emana de la ignorancia intelectual de la especie..."
"... La mayoría de las personas adopta un comportamiento ridículo en función del tipo de órganos que tiene entre las piernas..."
A lo largo de una hora y media, Viterbo dejó en claro que los humanos poseen graves conflictos de identidad y que ignoran el uso correcto de sinónimos y antónimos. Según el Sphynx gironés, entre las mal llamadas "personas" existen los siguientes grupos políticos:
1- Comunidad queer: Se trata de activistas contraculturales y revolucionarios que se oponen al concepto tradicional de género. Si bien en muchos aspectos sus críticas son acertadas, cometen con frecuencia la frivolidad de reemplazar la idea tradicional de género por una idea no-tradicional de no-género, con lo cual no logran generar un cambio real y su gesta naufraga a la deriva en una "revolución líquida" (en el sentido que Zygmunt Bauman le da al término). Los queer deconstruyen con habilidad la idea de género, pero en vez de deshacerse del cadáver del concepto autoritario (que huele a podrido) lo intentan sustituir por un modelo zombie de identidad (que, obviamente, huele a muerto). Cuando se extirpa un tumor cerebral maligno, no se pone en su lugar otro tumor, aunque sea benigno o inocuo. De la misma forma, la idea de disolver el concepto de género debería suponer el fin del conjunto de limitaciones que éste supone, no el surgimiento de un nuevo género gótico o "género Frankenstein". El género no es un paradigma, es un simple prejuicio. Con eliminarlo basta.
2- Grupos de derecha:
En general, estos grupos patológicos se caracterizan por el instinto de someter, humillar o violar al prójimo. Suelen estar compuestos por individuos inseguros y excesivamente estructurados, que hacen de la ignorancia su forma de vida.
Macho tradicional |
2.2) Hembristas: Este colectivo se compone de mujeres peligrosas y hombres estúpidos, y tiene como bandera a la homofobia. Políticamente son equivalentes a la derecha utilitarista. Las mujeres hembristas –a diferencia de los hombres machistas– no asesinan a nadie pero en su gran mayoría son psicópatas. Las féminas hembristas intercalan posicionamientos machistas, new age o feministas (según la conveniencia) con actitudes victimistas para lograr una eficiente manipulación psicológica de los varones. En las parejas embristas, el varón es quien trabaja, limpia el hogar, cocina, lleva a los niños al colegio y paga los impuestos, mientras que la mujer desempeña un papel de diosa neopagana, que se especializa en generar caprichos y coleccionar amantes (a los que también manipula). Si bien las mujeres hembristas disfrutan hasta los 40 años del ocio y de los beneficios de la esclavitud masculina, a partir esa edad comienzan una terrible decadencia sin retorno, marcada por la soledad y la depresión.
3- Grupos democráticos o progresistas:
3.1) Masculinistas: Grupo de varones (individuos con pene) socialdemócratas de escasa visibilidad social, que se caracteriza por su perfil reformista. No tienen complejos importantes (como los machistas), son democráticos e incluso pueden llegar a ser simpáticos. Defienden el canon masculino y no intentan cambiar demasiadas cosas. Pueden formar parejas con varones gays o con mujeres machistas o feministas, lo que los coloca como el grupo más funcional. Los masculinistas pueden ser pobres o ricos, medianamente inteligentes o medio tontitos, pero a diferencia de los machistas se debe reconocer que tienen un mínimo de educación. También se puede agregar que en los últimos años han comenzado a utilizar cosméticos, que son coquetos y políticamente correctos.
3.2) Feministas: Grupo de mujeres (individuos con clítoris) progresistas, que reclaman igualdad de derechos con los varones. Tienen mala fama y mala prensa, pero son el colectivo más digno y valiente. Pueden presentar empatía con muchos integrantes de la comunidad queer, pero las diferencias con ellos son marcadas. Practican el coito con lesbianas y masculinistas, y suelen ser trabajadoras y buenas madres. Sus principales detractores no son los machistas, sino las mujeres no feministas. Esta paradoja podría resultar sorprendente, pero los gatos ya estamos acostumbrados a las incoherencias humanas.
Hembra tradicional |
1- La más famosa: "Lo opuesto a un machista es una feminista". Es algo tan pueril como suponer que si un hombre se masturba le saldrán pelos en las manos (de la picardía popular).
2- "La mayoría de las feministas son lesbianas" (se dice en tono xenófobo, como si ser lesbiana fuese peor que no serlo). Lo cierto es que el porcentaje de lesbianismo no varía demasiado entre las mujeres de los distintos grupos políticos anteriormente descriptos.
3- "Algunas feministas son homófobas". Esta confusión está muy generalizada, y es una verdadera falacia. Las feministas no son homófobas. Si una feminista manifiesta homofobia, en realidad no es feminista sino hembrista. Y eso sí que puede ser un fenómeno común: el hecho de que hayan muchas hembristas disfrazadas de feministas. Lo mismo sucede con los masculinistas misóginos, que no son otra cosa que machistas encubiertos.
4- "Los machistas son muy masculinos". Esta confusión es absurda, ya que un machista expone una ambigüedad sexual mucho más extrema que un masculinista afeminado.
5- "Los queer son todos perversos y drogadictos". Esta afirmación no es una confusión sino el típico y burdo recurso de los grupos de derecha para desacreditar a los "deconstructores de géneros". Los derechistas siempre le van a envidiar a los queer la libertad sexual que ejercen. Además, los queer pueden ser en muchos casos catárticos o abusar de cierto exhibicionismo adolescente, pero tanto en el plano ético como en el estético son infinitamente más coherentes y sanos que los "derechistas del género" (ojo, me refiero a machistas y hembristas no a sastres).
6- "Los masculinistas son machistas encubiertos". Es la típica frase de las hembristas para justificar su homofobia y canalizar sus frigideces latentes. Los masculinistas no tienen nada que ver con los machistas. Incluso existen numerosas agrupaciones masculinas antimachistas, como por ejemplo la revulsiva ALA (Agrupación de Lesbianos Anarquistas). La ALA tiene sede en Barcelona, y se autodefine como una agrupación anarco-masculinista que adhiere al denominado "lesbianismo masculino". Dicha agrupación, liderada por el activista uruguayo Carlos Callero y el argentino Alejandro Crimi (mi socio), busca la integración con diversos cuadros queer y feministas para combatir el sexismo capitalista. En sus reuniones, los dirigentes lesbianos, suelen evocar con pasión las figuras de Bakunin y Kropotkin a la vez que elogian la sexualidad femenina en cualquiera de sus vertientes.
Gato Teo
(gatoteo@gmail.com)